Los movimientos de los vecinos de El Puche cansados por las consecuencias derivadas de la celebración del mercadillo ilegal, tales como la insalubridad y la inseguridad causadas por la acumulación de toneladas de basura, continúan. El grupo, abanderado por mujeres del barrio, ha hecho una acercamiento con los vendedores que cada domingo ponen sus puestos de “segunda mano” con el propósito de hacer un “frente común” e instar al Ayuntamiento de la capital a trabajar por la regularización del mercadillo, con el consiguiente pago de tasas y la prestación de servicios, como el control policial y sanitario, así como limpieza al acabar la jornada.

Es una de las soluciones que la asociación vecinal Ohana está planteando como vía de conciliación entre los residentes y vendedores sin necesidad de que las medidas que reclaman a las administraciones sea la de acabar con los puestos ambulantes.

Entiende factible que, de la mano también del Ayuntamiento, puedan empezarse los trámites administrativos para hacer de este comercio ‘espontáneo’ el octavo mercadillo legal de la capital, acogiéndose, eso sí, los vendedores al reglamento municipal que regula el sector del comercio ambulante, en beneficio de los vecinos, de los ambulantes y de los también consumidores.

Esta petición se suma al escrito presentado ante el Registro Municipal la pasada semana, en el que exigen medidas ante la acumulación de vertidos y la quema periódica de los mismos.