Inmigración

Un Ramadán solidario y sin grandes concentraciones en casas y mezquitas

  • l La comunidad musulmana celebra una de sus grandes fiestas con las medidas contra la pandemia, incluyendo geles, distancia y mascarillas en los rezos

Un Ramadán solidario y sin grandes concentraciones en casas y mezquitas

Un Ramadán solidario y sin grandes concentraciones en casas y mezquitas / Javier Alonso (Almería)

La comunidad musulmana ha visto alterada nuevamente este año la celebración del Ramadán debido a la pandemia de covid-19, y se primará el “estar más cerca de Dios” y los valores de esta festividad ante la imposibilidad de celebrar los tradicionales encuentros multitudinarios en mezquitas y entre familias.

“Ramadán este año es un poco diferente. Porque el año pasado estuvimos totalmente confinados en casa”, apunta en declaraciones a Efe el presidente del Centro de Imanes de Almería, Abdallah Mhanna, quien señala que este año sí será posible realizar los rezos en mezquitas, excepto el primero de la madrugada y, conforme avance este mes, el último de la noche.

Un creyente ora en una de las mezquitas del centro de la capital almeriense. Un creyente ora en una de las mezquitas del centro de la capital almeriense.

Un creyente ora en una de las mezquitas del centro de la capital almeriense. / Javier Alonso (Almería)

“También por la pandemia no hay comida común en las mezquitas. Tampoco hay invitaciones entre familias. Seguimos respetando las normas del Gobierno y protegiéndonos a nosotros y a la ciudad almeriense”, asegura.

Respecto a los rezos en común, añade que se pone “como límite máximo a las once menos cuarto cerrar la mezquita para que cada uno vaya a su casa”. “En el tema de aforo es lo mismo. Seguimos respetando las normas”, precisa.

Abdallah Mhanna subraya que solo se permite que haya un tercio del aforo máximo en los templos, respetando la distancia de seguridad. “Cada uno tiene su alfombra, tiene su mascarilla, tiene su desinfectante solo. Así por ejemplo, una mezquita que debe tener 200 personas, no llega a más de 60-65 personas”, apostilla.

Explica que en el caso de que hubiese demasiada gente, se optará por dos soluciones. La primera sería designar “a un grupo para rezar un día y otro grupo para rezar el siguiente y cerrar la mezquita cuando se cumple”. La segunda opción es “cerrar la mezquita y no celebrar el rezo”. “Si no podemos controlarlo, preferimos cerrar la mezquita, no hacer el rezo y no romper las normas”, asevera.

“Cada mezquita pone las mismas condiciones. En primer lugar, nadie puede entrar sin su mascarilla y sin su alfombra. Y también para personas minusválidas y otros que vienen de lejos por casualidad, siempre tenemos una cantidad de alfombras, mascarillas y desinfectante”, afirma.

Este año también se contará con las nuevas tecnologías como apoyo en actividades como charlas, consejos o plegarias, que se compartirán en el canal de ‘YouTube’ ‘Comunidades Musulmanas FEERI (Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas) de Almería.

Creyentes en la mezquita. Creyentes en la mezquita.

Creyentes en la mezquita. / Javier Alonso (Almería)

“Mi mensaje a los musulmanes en particular y a todo el mundo en general, todas las religiones, todas las ideologías deben respetar las normas de sanidad (...) Todos debemos trabajar juntos para que no saltemos las normas. En cada mezquita (...) en el momento en que no podemos controlarlo, hay que dejarlo. Nuestro mensaje moral y espiritual es que, más importante que la mezquita, es realizar tu Ramadán de forma que estés cerca de tu Dios”, sostiene.

Algo que, para él, se traduce en “ayudar a los pobres, dar de comer a los pobres, ofrecer algún tipo de ayuda, aconsejar las personas para no faltar las normas”. “Creo que son muchos los mensajes morales, sociales y espirituales que podemos dar en este caso”, insiste Abdallah Mhanna.

Sobre los efectos económicos de la pandemia, mantiene que el año pasado fueron peores, pero que aún hay “familias afectadas”, por lo que la comunidad busca avales y personas que puedan apoyar a los más necesitados. “Lo único que estamos intentando evitar es la comida caliente, para no trasladar el tema de pandemia, de contagios”, dice, apuntado que cualquier otra donación de alimentos o económica para las familias pobres es bienvenida.

Un creyente sigue los rezos en la pantalla de su móvil. Un creyente sigue los rezos en la pantalla de su móvil.

Un creyente sigue los rezos en la pantalla de su móvil. / Javier Alonso (Almería)

“Lo más importante son las emociones sociales entre personas, cómo puedo traer yo la alegría a las personas”, resalta el imán, quien recuerda que los musulmanes españoles son una comunidad de este país. “No pertenecemos a Marruecos, a Arabia Saudí, a Siria o Palestina, ni a ningún país árabe. No somos moros, no somos extranjeros, no venimos de la luna, somos parte de esta sociedad”.

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