Tan solo 34 minutos y algunos segundos tardó Octavio Infante en recorrer los diez kilómetros de la Minimaratón celebrada ayer en Mojácar y en la que participaron 160 corredores adultos y cuarenta niños. Ésta es la sexta edición de una jornada festiva organizada por Harmony Gym con el objetivo de integrar en una actividad a los dos principales grupos de ciudadanos que conviven en el municipio mojaquero: españoles y británicos.

Lo importante ayer era participar, aunque a la fuerza alguien debía ser el primero en llegar y fue Octavio, un sevillano que está de vacaciones en Mojácar. Octavio Infante entrena en Sevilla y "ya que estoy aquí me inscribí para echar un ratillo". Vaya con el ratillo. Y eso que había mucho aire lo que hizo la carrera un tanto lenta, cosa que agradecieron el resto de corredores locales así como los venidos desde Alicante, Madrid, Sevilla, y así hasta participantes de doce nacionalidades.

Alumnos de la escuela de Jackie Miles-Kirby, la organizadora del evento, daban sesiones de masaje nada más llegar a la meta a los sufridos y sufridas participantes que, además del viento, tuvieron que correr entre el tráfico de la carretera Mojácar-Carboneras. Y es que el Ayuntamiento de Mojácar no se entera o no se quiere enterar. La jornada de convivencia, la minimaratón, se pudo celebrar gracias a que los propietarios del Hotel el Puntazo cedieron parte de sus instalaciones a los organizadores. El Ayuntamiento de Mojácar, al igual que el pasado año, no permitió que el acto se celebrase en la Plaza del Cantal. El Ayuntamiento de Mojácar no adaptó el tráfico a la carrera, no dispuso un mínimo de asistencia médica que falta hizo desgraciadamente. El Ayuntamiento de Mojácar muestra un pasotismo alarmante con la ciudadanía. Hay que agradecer a la Policía Local que dispusiese una dotación para velar por la seguridad de centenares de personas, unas corriendo y otras como espectadores. Los participantes no daban crédito al ver como los coches pasaban a su lado.