Almería, puerto de paso en una ruta de cocaína hacia Melilla desmontada por el Supremo

Almería aparece como uno de los nodos logísticos clave en una red de tráfico de cocaína desmantelada en 2017 y sentenciada recientemente por el Tribunal Supremo, que ha confirmado varias condenas y absoluciones dictadas por la Audiencia Provincial de Málaga, con sede en Melilla. La sentencia reconstruye con detalle el itinerario seguido por varios vehículos cargados con droga que cruzaron el puerto de Almería rumbo a la ciudad autónoma.

Según los hechos probados, al menos dos coches fueron embarcados en buques con origen en el puerto de Almería y destino Melilla, con cocaína oculta en dobles fondos. Uno de ellos, un Mercedes C220CDI, contenía un paquete de un kilo de esta sustancia, valorado en más de 60.000 euros, hallado fortuitamente por la Policía Local melillense tras recibir el aviso de un ciudadano. El vehículo había sido introducido por mar desde Almería pocas semanas antes, con matrícula temporal alemana.

En otro caso, también documentado por la Guardia Civil y recogido en la sentencia, un segundo coche importado desde Alemania fue introducido por el mismo puerto almeriense, esta vez semanas antes del hallazgo del anterior, también con documentación irregular. Ambos llevaban compartimentos ocultos en el salpicadero preparados para transportar droga.

La red operaba mediante la adquisición de vehículos en Alemania, que luego eran trasladados a España a través de Málaga o directamente hasta Almería, donde embarcaban hacia Melilla. Varios de estos coches figuraban a nombre de personas sin antecedentes penales, incluidos familiares o conocidos de los principales implicados.

Uno de los casos más significativos ocurrió en mayo de 2017, cuando la Guardia Civil interceptó en el recinto aduanero de Melilla un coche llegado en ferry con más de 11 kilos de cocaína, con un valor estimado superior a 520.000 euros. El vehículo no había partido de Almería, pero la sentencia lo enmarca dentro de los mismos patrones logísticos: uso de matrículas temporales, compartimentos adaptados y entradas por vía marítima desde el sur peninsular.

Además de las incautaciones, la sentencia detalla seguimientos, escuchas telefónicas e inspecciones con perros detectores que consolidaron los indicios de actividad delictiva, apuntando a una estructura organizada para introducir cocaína en Melilla a través de vehículos reformados procedentes de Alemania y utilizando puertos españoles como el de Almería como punto intermedio.

El Supremo ha confirmado la condena a uno de los implicados a cuatro años de prisión y multa de más de 60.000 euros, y a otro a seis años y un día de cárcel por transportar la cocaína de mayor volumen. Ambos fueron absueltos del delito de pertenencia a grupo criminal. El Alto Tribunal considera que las defensas no lograron desacreditar las pruebas ni justificar la legalidad de los vehículos utilizados, muchos de los cuales tenían bastidores que no coincidían con sus placas.