La batalla contra el coronavirus
  • Dos años después de dejar la UCI entre aplausos, Francisco Carpio vuelve para agradecer a los sanitarios que volviera a nacer en Almería. Tenían claro que su primer viaje sería a la tierra que les conquistó por su solidaridad cuando les tocó vivir una pesadilla de 65 días

  • El milagro almeriense de Francisco Carpio

1.062 canciones de gratitud a las personas que le salvaron la vida

Francisco e Isabel han recibido varias visitas en el hotel de personas que hace dos años les ayudaron desinteresadamente Francisco e Isabel han recibido varias visitas en el hotel de personas que hace dos años les ayudaron desinteresadamente

Francisco e Isabel han recibido varias visitas en el hotel de personas que hace dos años les ayudaron desinteresadamente

Escrito por

· Iván Gómez

Redactor Jefe

Francisco Carpio, un cordobés de 76 años de edad que lleva media vida en Sabadell, bien sabe lo que es un milagro en tiempos de conmoción y pandemia. Un testimonio de resiliencia y superación en la batalla contra el coronavirus. Fue el primer paciente que sufrió una embestida de gravedad por la covid19 en Almería ingresando en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital universitario de Torrecárdenas en el tercer día del estado de alarma. Contra todo pronóstico, con una grave neumonía bilateral y una traqueotomía para que pudiera respirar porque llevaba demasiado tiempo intubado, logró sobrevivir a una infección que en aquel momento presentaba altas cifras de letalidad. Había perdido ocho kilos de peso, no era consciente casi de nada de lo que ocurría a su alrededor y no se podía mantener en pie después de 65 días ingresado, un mes en la UCI y otro en la quinta planta entre contagiados

Lo que iban a ser dos semanas de ocio y relax en la costa almeriense, gracias a los programas del Imserso, acabó convirtiéndose en un infierno de dos meses. Pero por las carambolas del destino, la escapada frustrada acabó siendo su salvación. "Cuando peor estaba Francisco, un familiar médico me dijo que necesitaba un milagro". Aquel viaje, insiste, le salvó la vida. "Volví a nacer en Almería". Si aquella infección les hubiera pillado en casa o si hubieran vuelto a Sabadell como se plantearon en los primeros días de contagio, el desenlace probablemente no habría tenido un final feliz. La falta de medios materiales como aparatos de ventilación mecánica en los hospitales catalanes en los primeros meses de la pandemia colapsó las unidades de cuidados intensivos y no todos los mayores de setenta años tenían garantizado el acceso a cama y respirador.

Isabel Rojas y Francisco Carpio sonríen hoy a la vida en el hotel Colonial de Roquetas Isabel Rojas y Francisco Carpio sonríen hoy a la vida en el hotel Colonial de Roquetas

Isabel Rojas y Francisco Carpio sonríen hoy a la vida en el hotel Colonial de Roquetas / Rafael González

Almería era la última provincia de España que les faltaba por visitar a Francisco y su mujer Isabel Rojas (73 años) y hoy es una de las primeras en su corazón. De hecho, el año pasado celebraron las bodas de oro y tenían claro que su primer viaje tras dejar atrás la maldita enfermedad, el que ha llegado estos días, sería a esta tierra donde un mundo enfermo volvía a rehumanizarse con la solidaridad a raudales que encontraron entre sanitarios y particulares. En aquella ocasión no pudieron disfrutar de los singulares rincones de la provincia porque nada más aterrizar comenzaron los síntomas y dos años después tienen una segunda oportunidad para recorrer, entre otros lugares, el parque natural de Cabo de Gata. Pero el verdadero motivo de este viaje es el agradecimiento a todos los que estuvieron ahí cuando más sufrían los estragos de un enemigo invisible y universal. 

Han venido cargados de gratitud y regalos para transmitir su cariño y reconocimiento a las personas que les ayudaron. El lunes recibieron las primeras visitas en el hotel Colonial de Roquetas en el que se alojarán poco más de una semana y este miércoles visitarán a mediodía las dependencias de Torrecárdenas. Francisco Carpio les regala un CD con canciones que interpreta con la bandurria y un pendrive con una colección de 1.062 grandes temas porque la música brota directamente de un corazón en el que siempre estarán los que le salvaron... Melodía Desencadenada, Brindis de la Traviata o Amapola figuran en un disco con el siguiente mensaje: "Gracias a vuestro trabajo, cariño y apoyo podemos disfrutar de nuestros hijos y nietos. Formáis parte de nuestras vidas y nuestra familia para siempre"

Han podido reencontrarse con el doctor Francisco García que les atendió en el hotel Portomagno, el primero en diagnosticarle la infección y al que contagió a pesar de atenderlo con guantes y mascarilla, y también con Porfirio Marín de la Delegación Territorial de Salud y Familias. Su respaldo permanente fue fundamental y la mediación con un matrimonio ejemplar que facilitaron vivienda a su mujer cuando los hoteles cerraron y Carpio permanecía aislado en la UCI. El miedo y el desconocimiento distanciaban a la población de los contagiados y sus familiares y no encontraban alojamiento para Isabel. Sus hijos estaban a más de 800 kilómetros, en Igualada y Terrassa, y no conseguían dar con un alquiler. Hasta que aparecieron Claudio y Rocío para acogerla en un inmueble de la calle de la Marina sin percibir nada a cambio. 

 "Gente maravillosa que nos ayudaron en todo momento, nunca lo olvidaremos", repiten estos días en Roquetas. Y hoy toca visita a los sanitarios que le atendieron durante su paso por Torrecárdenas. La doctora María Isabel Rodríguez de la UCI, la enfermera María Luisa que cuidaba todos los detalles, la auxiliar de clínica Sonia, la doctora Mari Ángeles o el fisioterapeuta Rafael. Francisco e Isabel compartieron estancia en la quinta planta, pero cuando estuvieron separados recibían una llamada todos los días para ponerles al tanto del estado de su cónyuge. También harán escala en el hospital Virgen del Mar en el que atendieron a Isabel con esmero la doctora Mari Paz y Evelia de administración. Les traían libros fotocopiados y sopas de letras para que pudieran sobrellevar los eternos días en aislamiento.

Conversación con Isabel y Francisco que vuelven a la provincia dos años después Conversación con Isabel y Francisco que vuelven a la provincia dos años después

Conversación con Isabel y Francisco que vuelven a la provincia dos años después / Rafael González

"Francisco no podía andar ni comer y me necesitaba cuando caí enferma. Tuvimos la suerte de encontrarnos con profesionales fabulosos, pero aún más como personas. Todo lo que necesitábamos nos lo conseguían y los doctores nos acompañaban hasta a hacernos pruebas", comenta visiblemente emocionada Isabel. Un cariño que fue recíproco en todo momento como evidencia el vídeo que les hizo llegar el hospital de referencia almeriense de la salida entre aplausos de Francisco Carpio de Cuidados Intensivos. Contestó con una carta de agradecimiento en la que les repetía que "sin su buen hacer no estaría hoy aquí" y nunca hubiera conocido este mundo poscovid.

Cuando pasó la enfermedad y dejó el hospital, Francisco tuvo que reaprender a andar porque no lograba mantener el equilibrio y tampoco podía escribir y leer. Pero hoy, a pesar de que todavía tiene alguna secuelas, puede hacer vida normal en casi todos los aspectos. Dos años después de aquella experiencia agridulce, con sentimiento de dolor por lo vivido pero también de felicidad por el afecto que recibieron, han vuelto a la provincia para agradecer la solidaridad con mayúsculas de los profesionales sanitarios y de otras personas que se cruzaron en su camino para ayudarles.

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