Almería tendrá tendrá por primera vez en su historia a dos representantes en el Consejo de Gobierno. La decisión del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, de incorporar a su nuevo equipo a dos almerienses, Carmen Crespo y Ramón Fernández-Pacheco, supone un hito para una de las provincias con menor peso histórico en la configuración de los sucesivos gobiernos andaluces desde la primera legislatura en 1982. El segundo mandato de Moreno Bonilla colmará, al menos en representación a la espera de las inversiones, la añoranza de un papel más protagonista de una provincia que se ha volcado con los populares en cada cita autonómica con las urnas.

La primera vez que dos voces puedan trasladar a las sesiones del Palacio de San Telmo los problemas y desafíos de una provincia que ha venido asumiendo con ecuanimidad los olvidos en los nombramientos al estilo César de los presidentes socialistas de turno. El PSOE no llegó a comprender la magnitud del reclamo del rincón más oriental e infraestimó con ese déficit de consejeros el potencial electoral y socioeconómico de la provincia. Dos cargos de la absoluta confianza del presidente de la Junta permitirán en la XII Legislatura reforzar el invisible hilo de confianza con los almerienses y una administración históricamente muy lejana.

El nuevo gobierno que emana de una policrisis sanitaria, económica y social del coronavirus corresponderá, así lo ha entendido Moreno, el firme apoyo de los almerienses al proyecto de los populares en las dos últimas décadas y deja en sus manos la gestión de los pilares que sostienen a la provincia: agricultura, agua y medio ambiente. "Almería se ha ganado a pulso tener dos consejeros en la Junta", planteaba el presidente en su intervención del lunes. Tanto Almería como Málaga (tres consejeros), las dos provincias que más votos vienen aportando al cambio político de la comunidad, cobran fuerza en la configuración de un gobierno andaluz que nace de la cómoda mayoría absoluta conseguida el 19 de junio.

Cuatro almerienses han estado al frente de la Consejería de Agricultura, sólo Crespo repite una segunda legislatura

Desde que el primer gobierno preautonómico echara a andar con la constitución de la Junta de Andalucía en mayo de 1978 han sido solamente diez los almerienses, de nacimiento y adopción, que han podido saborear en primera persona el privilegio de formar parte del Ejecutivo al frente de sus distintas consejerías. Solo diez consejeros, un balance muy pobre en relación al resto de las ocho provincias, que se inició en la cuarta legislatura al llegar José Luis García de Arboleya y Tornero a la Consejería de Salud e Inmaculada Romacho a la Consejería de Educación ya en el segundo mandato de Manuel Chaves.

De hecho, Inmaculada Romacho fue una de las primeras mujeres en incorporarse a la Junta, que tardó seis años más en poder estrenar la paridad. En la sexta legislatura se incorporaron Cándida Martínez a la Consejería de Educación y Ciencia y Fuensanta Coves a la de Medio Ambiente. Tuvieron la oportunidad de repetir cuatro años después, entre 2004 y 2008, y Fuensanta Coves dio el salto a continuación a la presidencia del Parlamento de Andalucía poco antes de producirse el relevo de Manuel Chaves por José Antonio Griñán.

En la legislatura de 2008 se situó a Martín Soler al frente de la Consejería de Agricultura y, aunque sólo duró un año por los cambios y disensiones en el gobierno andaluz en el relevo de Griñán, fue la primera vez que un almeriense se ponía al frente del departamento más importante para la provincia más exportadora de Europa. En abril de 2009 cambió a la Consejería de Innovación, pero no llegó a completar la legislatura y un año más tarde fue apartado en una de las remodelaciones del gobierno andaluz. En ese momento entró Manolo Recio a la Consejería de Empleo.

Los presidentes de la Junta y la Diputación de Almería con los nuevos consejeros

En la siguiente legislatura se recuperaron las competencias del sector agroalimentario con la consejera Mari Carmen Ortiz (2015-2017) y su relevo por Rodrigo Sánchez (2017-2019) permitió consolidar la impronta almeriense de la Consejería. El departamento de Agricultura siguió en manos de un diputado autonómico de la circunscripción almeriense con el cambio de gobierno en 2019 y en la legislatura que acaba de iniciarse se mantendrá. La abderitana Carmen Crespo inicia el segundo mandato de Moreno al frente de la Consejería Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, mientras que Ramón Fernández-Pacheco se hará cargo de la de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul.

Sólo Fuensanta Coves completó dos legislaturas en el gobierno andaluz al frente de Medio Ambiente, antes de dar el salto a la presidencia del Parlamento, mientras que el resto han tenido un paso más efímero llegando a iniciar en algunos casos una segunda pero fueron víctimas de las continuas remodelaciones y no las culminaron. Un representante almeriense ha ostentado al Consejería de Agricultura en cinco ocasiones (Martín Soler 2008, Mari Carmen Ortiz en 2015, Rodrigo Sánchez en 2017 y Carmen Crespo en 2019 y 2022), pero con anterioridad fue territorio casi exclusivo de otras provincias con largos periodos de Miguel Manaute y Paulino Plata.

Las direcciones de los partidos provinciales suelen curarse en salud y días antes de conocerse los nombramientos promueven mensajes como el Javier Aureliano García de "Juanma Moreno es nuestro consejero". Ha sido la filosofía de supervivencia correligionaria más presente en esta tierra infrarrepresentada durante décadas, para evitar el desgaste electoral si no hubiera consejeros, pero en esta ocasión no ha sido así. Almería tiene por primera vez en su historia dos representantes en el Consejo de Gobierno. Sólo diez en cuarenta años de Junta de Andalucía.