Almería

En defensa del derecho de los hermafroditas

  • Daniel Jesús García lucha por la normalización de un colectivo que crece a razón de 250 nacimientos anuales en España

"Hay mucha gente que piensa, aún en facultades de enfermería, que la intersexualidad es sólo cosa de los peces payaso o de los caracoles". Esta afirmación resume con meridiana claridad la situación del hermafroditismo en la sociedad actual. Un estado de total desconocimiento, incluso entre profesionales de la medicina, que estigmatiza y mutila en la mayoría de las ocasiones.

Daniel Jesús García trabaja en el Centro de estudios Políticos y Constitucionales de Madrid. Emigró de Almería por falta de oportunidades en su campo: la filosofía del derecho. Y más concretamente el derecho aplicado a las personas hermafroditas.

Recientemente ha publicado un libro titulado, precisamente 'Sobre el derecho de los hermafroditas' que recoge un texto inédito escrito por un seguidor del revolucionario Robespierre y que ha sido considerado como "el último texto jurídico sobre intersexualidad", explica. Este manuscrito teoriza sobre si la sociedad de la época debería considerar a los hermafroditas como "ciudadanos con derechos". Y es a partir de aquí desde donde García desarrolla su teoría.

Este ex profesor de la UAL plantea la posibilidad de eliminar la categoría jurídica de hombre o mujer "de la misma manera que se eliminó en su momento la de la raza o el estado civil".

Según estudios de la Asociación de Intersexuales de Norteamérica (ISNA), aproximadamente un 1% de la población (la misma cifra que de pelirrojos), nacen hermafroditas. Un dato arriesgado que, según Daniel Jesús, se rebate desde Alemania, poniendo el número en 1 de cada 2000 nacimientos. Esto supondría que, trasladando las estadísticas a España, cada año nacerían unos 250 intersexuales en nuestro país. "El Ministerio de Sanidad no quiere proporcionar datos sobre este tema", comenta el investigador. "Lo cual resulta inexplicable porque sí lo hacen con otros temas igualmente privados como el cáncer, por ejemplo".

Sin embargo, en nuestra vida diaria no encontramos habitualmente casos de este tipo. La respuesta está en la forma médica de afrontarlo. "El método habitual es realizar una operación de urgencia", explica el entrevistado. "Muchos médicos, por desconocimiento o falta de formación, interpretan el hermafroditismo como una patología". Y detalla "se trata como si fuera una 'urgencia psicosocial neonatal' que justifica la intervención quirúrgica y el futuro tratamiento hormonal en base a un posible conflicto social que podría aparecer ".

El criterio para determinar hacia qué sexo se opera lo determina el tamaño del clítoris o del pene del bebé. En algunas ocasiones, según Daniel "no se informa a los padres del paciente o se les dice que es una malformación que conviene extirpar para evitar un caso de tumoración". Posible tumoración que, en cualquier caso, no llega al 9%; una cifra que está por debajo de la de la mama (12%).

La lucha de este investigador y activista está en reivindicar los derechos adquiridos en países como Malta: "El pasado 1 de abril se aprobó allí la primera ley que prohibe operar a un bebé con algún tipo de hermafroditismo".

Cuando un intersexual nace en Almería, normalmente se le envía al Hospital Carlos Haya de Málaga, donde existe una Unidad de Identidad de Género, donde se tratan también los casos de transexualidad. "Eso supone un trauma tanto para el niño como para la familia, que a partir de ese momento es más probable que lo vean como un problema grave que como algo con lo que se puede convivir con normalidad". Ese es su mensaje y su sueño. Que la sociedad vea a un hermafrodita como una persona más y no como un bicho raro.

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