Llega la Navidad, una época donde el consumismo se dispara. Para poner freno a esta tendencia, el Castillo de Santa Ana ha organizado un taller para 275 escolares del municipio donde las monitoras de la empresa Ágata Verde han tratado de concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de reutilizar los residuos domésticos.

Del 1 al 4 de diciembre estudiantes de Infantil del CEIP Blas Infante, y de Primaria del CEIP Virgen del Rosario, CEIP Las Marinas y el colegio Al-Bayyana pasaron una mañana divertida, aprendiendo y conociendo más sobre la historia local, además de reutilizando los recursos para mejorar la calidad de vida y disfrutar en las fiestas con construcciones propias.

Rocío Cabrera, una de las monitoras de este taller, explicó al Diario de Almería que "el objetivo es hacer de ellos consumidores responsables". La primera de las 'lecciones' llega a través de dos breves proyecciones animadas sobre las consecuencias de hacer un mal uso de los recursos naturales y la necesidad de ahorro. "Básicamente queremos que se queden con tres claves: las tres R fundamentales; que son reducir el consumo en todo aquello que se pueda, reutilizar residuos y reciclar, que es probablemente la que más conocen", explicó Rocío Cabrera.

Además, durante la jornada aprenden a dar un segundo uso a materiales como cartón o tapones de plástico, creando divertidos juguetes como castillos, muñecos o cariocas voladoras. Igualmente, se les animó a usar en su vida cotidiana elementos reutilizables como botellas de agua rellenables o tarteras para los bocadillos en lugar de papel de aluminio.

Igualmente, durante la jornada los jóvenes también tuvieron la oportunidad de conocer su patrimonio con una visita guiada al Castillo de Santa Ana. La segunda parte del taller se desarrolló en la playa con el 'juego del intruso' buscando todos aquellos elementos no orgánicos que no deben estar en la playa "y por equipos se hizo una escultura, previa a su eliminación". Un rap, conformado con las claves que dan las monitoras y escrito por equipos, puso el punto y final en el Anfiteatro al taller que trató de poner un granito de cordura al consumo navideño.