Discapacidad

La inclusión laboral de personas con discapacidad, un reto en pandemia

  • Lorena sufre discapacidad auditiva y ha tenido que renunciar a varias ofertas de empleo a lo largo del último año

  • Pide que las mascarillas transparentes estén al alcance de todos

Lorena sufre una discapacidad auditiva por la que ha tenido que renunciar a varios puestos de trabajo.

Lorena sufre una discapacidad auditiva por la que ha tenido que renunciar a varios puestos de trabajo. / D.A.

La pandemia ocasionada por el Covid-19 ha traído consigo innumerables repercusiones negativas. Entre ellas la inclusión laboral de las personas con discapacidad que, aunque antes experimentaba avances no demasiado notorios, ahora incluso se hace referencia a un retroceso que en determinados tipos de discapacidad incluso se ha visto agravado.

Más de 2.500 almerienses sufre algún tipo de discapacidad auditiva. Alteraciones cuantitativas en una correcta percepción de la audición, que afectan a día de hoy a un total de 1.400 hombres y alrededor de 1.100 mujeres en la provincia siendo una discapacidad muy heterogénea dependiendo de la capacidad auditiva de cada persona y de la causa por la que se haya originado la deficiencia auditiva.

Lorena es una de las personas afectadas víctima de una realidad por la que ya ha perdido y ha tenido que renunciar a varias ofertas del empleo. A sus 40 años sufre desde poco después de su nacimiento, hipoacusia bilateral neurosensorial con origen en una enfermedad renal congénita.

Desde que comenzó la pandemia las limitaciones asociadas a su discapacidad se han visto agravadas por el uso de mascarillas

Desde que comenzó la pandemia las limitaciones asociadas a su discapacidad “se han visto agravadas por el uso de mascarillas”, tal y como ella misma cuenta. “Afecta, no sólo a nivel del contacto y las relaciones sociales, si no que además de empleos he tenido que renunciar, por ejemplo, a un curso de operaciones auxiliares de servicios administrativo y generales organizado por Inserta de la Fundación ONCE, al que llegué a presentarme, pero no pude continuar porque me resultaba imposible entender nada de lo que allí se explicaba”, ha detallado Lorena quien “he perdido o he tenido que renunciar a varias ofertas de empleo. Entre ellas, y hasta en tres ocasiones, a ofertas de trabajo en el Hospital de Poniente a través de la Bolsa de Empleo en la que estoy inscrita”.

“Este caso es curioso, porque la primera vez que se me llamaron me ofrecieron un puesto de auxiliar de enfermería en Quirófanos”. Una vez allí, les hizo saber que en su situación un puesto de este tipo no era viable. También quedó fuera de la convocatoria “exprés” que la Junta de Andalucía llevó a cabo el pasado verano para contratar a vigilantes de la playa en Andalucía.

“Las personas que tenemos alguna discapacidad, y nuestras familias a menudo percibimos que las distintas administraciones creen que con invertir X millones de euros en subvenciones, programas de inserción, en apoyar a asociaciones y federaciones de asociaciones de discapacitados es suficiente. No estamos diciendo que no haya que hacer eso, efectivamente es necesario, pero con frecuencia su esfuerzo no alcanza para proporcionar una solución real a estos colectivos y creemos que esto es así porque no se da un paso más”.

“Llevo reclamando años poder realizar una formación específica en lenguaje de signos y jamás se me ha llamado para hacerlo, lo que habría significado no solo el acceso al mercado laboral, si no una herramienta más para favorecer la inclusión social”. “La conclusión de todo esto es que aún queda mucho camino por recorrer para que las personas con alguna discapacidad, en este caso auditiva, tengan las mismas posibilidades que el resto”.

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