Negocio tradicionales
  • Setenta años si no más, lleva el histórico quiosquillo que hay frente a la Plaza haciendo trabajar la fresadora a pleno rendimiento

  • Tiene llaves que ya quisiera para su llavero el mismísimo San Pedro

Las llaves de Almería, en sus manos

El Kiosko Las Llaves, siempre con algún cliente en su ventanilla. El Kiosko Las Llaves, siempre con algún cliente en su ventanilla.

El Kiosko Las Llaves, siempre con algún cliente en su ventanilla. / Javier Alonso

Escrito por

· Pablo Laynez

Redactor

Por fuera da la impresión de ser un quiosco comercial más, pero su interior está cargado de historia. Por supuesto también de llaves. Y ahora también de botas, cuchillos y toda la maquinaria que se necesita para su trato, reparación y copia. En cualquier foto histórica de la Plaza del Mercado aparece lo que comenzó siendo una modesta barraquilla y hoy es un férreo quiosquillo que ha visto pasar el tiempo. Como la Puerta de Alcalá.

Setenta años desde que su propietario, David Esteban Panero, tiene constancia, pero posiblemente ya antes había almerienses que acudían a su ventanilla para copiar sus llavines. Como auténticas piezas de coleccionista, en distintos cajones del quiosco aparecen llaves que parecen haberse caído de las manos de San Pedro: de portones antiguos, de nichos, de esposas de policía, de negocios que cerraron hace décadas... Decenas de historias que contar en los dientes de estas herramientas esenciales en el día a día de cualquier ciudadano.

Parece un negocio obsoleto, un producto artesano que la mal llamada modernidad va a engullir, como por desgracia a tantos otros comercios. Sin embargo, David acaba rápidamente con esta creencia al hablar sobre sus propios datos: unos 600 clientes al mes demandan de sus servicios. De hecho, sólo tienen que tocarse los bolsillos y comprobar que en uno va el móvil y en el otro las llaves.

Llaves de todos los tamaños, formas, tipos. Llaves de todos los tamaños, formas, tipos.

Llaves de todos los tamaños, formas, tipos. / Javier Alonso

“Somos profesionales que ofrecemos un servicio prácticamente de primera necesidad: duplicamos las llaves, reparamos el calzado, afilamos los cuchillos, cambiamos las pilas”, comenta el dueño del quiosco, cuya labor no es sólo la de darle uso a la fresa, sino también comercial.

Su trabajo tiene parte de artesanía. Al final, hacer cada llave es un mundo, se necesita una precisión milimétrica a la hora de perfilar los dientes que permiten abrir los bombines de una cerradura. “Lleva años especializarte para dar el servicio tan amplio que damos a los almerienses. Hay varios miles de modelos de llave: de serreta normal, de puntos o seguridad, de gorja o doble pala, de moto, coche, armarios...”. Para ello, la fresadora tiene que estar en perfecto estado, tiene que ser tan precisa como un reloj suizo: “Nuestra maquinaria profesional es bastante cara y requiere de un mantenimiento exquisito. Cambiamos las fresas cada mes y medio, mientras que una ferretería de barrio puede tener una durante varios años, para que te hagas una idea”.

Almería tiene muchos monumentos y negocios que son su buque insignia. Uno de ellos, como no podía ser de otra forma, es su Kiosco Las Llaves.

David afila un cuchillo. David afila un cuchillo.

David afila un cuchillo. / Javier Alonso

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