Andalucía

Una misión que resiste al ébola

  • La delegación andaluza de la compañía envía al año a una docena de cooperantes para desarrollar proyectos divulgativos en los hospitales africanos que gestiona.

"El ébola no va a poder con nosotros". Así concluye sus declaraciones José Antonio Soria, superior de la provincia bética de la Orden de San Juan de Dios. Este religioso estuvo 18 años en África. Su último destino fue Liberia, país en el que permaneció 14 años. Regresó de allí en 2007, cuando lo sustituyó como superior provincial Miguel Pajares, el sacerdote fallecido esta semana en España tras ser repatriado cuando se infectó de ébola.

La última vez que estuvieron hablando, la principal preocupación de Pajares era saber si estaba enfermo "para no contagiar a nadie más". "Era un enamorado de África. Se pasaba horas hablando de las necesidades de sus habitantes", recuerda Soria, quien incide en que la orden a la que pertenece hará un "esfuerzo ímprobo" para reabrir el Hospital San José, en Liberia, del que fue director durante bastantes años.

La Orden de San Juan de Dios gestiona actualmente 22 hospitales en 13 países africanos. A ellos se sumará próximamente el que la provincia bética (división administrativa de la compañía que aglutina Andalucía, Extremadura y Canarias) está construyendo en Camerún. Funcionará como un centro especializado en traumatología, con el que se intentará dar respuesta a una de las mayores carencias sanitarias de la población. Se está levantando en Duala, capital económica del país. Hasta el momento se ha abierto una primera fase en la que se atienden los casos más urgentes. Para tal cometido, los arquitectos con los que cuenta la orden se desplazan hasta África para desarrollar los proyectos.

En estos momentos no hay ningún misionero de la provincia bética en el continente africano, según afirma el superior de esta demarcación. El motivo de dicha ausencia obedece a la política de trabajo establecida por la compañía, según la cual, una vez que se pone en marcha un proyecto sanitario se intenta que sean los miembros de la orden en el país donde se desarrolla los que lo gestionen. "En África la compañía posee dos provincias. Se trata de que hermanos y empleados de allí se identifiquen con los valores de San Juan de Dios y los apliquen en su trabajo diario, es la mejor manera de que logren cierta autonomía, de que se valgan por sí solos", explica Soria.

Para ello es fundamental la labor que desempeñan los cooperantes, en la que sí participan españoles. A lo largo del año se trasladan al continente africano unos 60 miembros o trabajadores de la orden durante periodos no demasiado largos y con un fin didáctico: enseñar técnicas y procedimientos al personal sanitario de los hospitales de San Juan de Dios en estos países. De la provincia bética suelen acudir anualmente entre 10 y 12 personas.

Irene Jara y Mónica Chávez, ambas médicos sevillanas que trabajan en el hospital que la compañía posee en Bormujos, han participado en tres proyectos de cooperación. Dos los llevaron a cabo en 2010 y 2011 en Guinea, y la última -hasta ahora- fue en febrero de 2012 en Liberia, en el hospital del que fue director Miguel Pajares. Estas doctoras están especializadas en el área de laboratorio, una actividad por la que la orden las reclamó para desarrollar una labor didáctica en estos países. "Nos levantábamos temprano y nos poníamos manos a la obra. La primera parte de la jornada consistía en clases teóricas, charlas que impartíamos al personal sanitario de allí. Luego llegaban las prácticas", explica Irene Jara, quien recuerda que en más de una ocasión la dirección de los hospitales les pedía que tomaran muestras de "personas infectadas" para ser investigadas.

El periodo de estancia de un cooperante no supera un mes. En el caso de estas sevillanas el máximo tiempo que estuvieron en cada desplazamiento fue de tres semanas. Un factor que Mónica Chávez considera fundamental antes de comprometerse a ser cooperante es "la información". "Hay que tener muchos datos sobre el lugar al que se va, sobre el tipo de riesgos sanitarios que se corren y la limitación de recursos", explica esta doctora, quien estima que dicha búsqueda de información constituye la primera fase de las tres a las que se "somete" cualquier cooperante. "La segunda se produce cuando se llega al destino. Allí uno se percata de la realidad en la que viven miles de personas y que por mucha ayuda que se envíe, nunca es suficiente", detalla Chávez. La última fase tiene lugar a la vuelta, "cuando te das cuenta del privilegio de vivir en el primer mundo y de las cosas que son realmente importantes".

Ambas protagonizaron una de las últimas campañas desarrolladas por la provincia bética de la orden en el hospital, ahora clausurado, de Monrovia, donde trabajo Pajares. Este centro cumplió en 2013 medio siglo de existencia, un periodo en el que se ha convertido en referente dentro del continente tanto por sus recursos como por la preparación del personal, debido en buena medida al número de proyectos de cooperación impulsados por la compañía. Por tal motivo, José Antonio Soria insiste en que uno de los objetivos prioritarios de San Juan de Dios es reabrir cuanto antes este centro sanitario.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios