Una bala rebotada y disparada con un arma corta cuyo calibre no ha sido desvelado, estuvo a punto de originar una tragedia de consecuencias imprevisibles entre los miembros de varias familias la noche del pasado miércoles víspera de Reyes quienes en el momento de los hechos se encontraban en la terraza de la cafetería de la Galería Concordia en la plaza de San Sebastián de la capital.

Un estruendo que al parecer según han relatado los asistentes pensaban que podría ser un petardo o cualquier otro artefacto pirotécnico, alarmó y dejó helados e inmovilizados a los clientes de la cafetería, entre los que se encontraban además de un nutrido grupo de adultos, cuatro bebes y tres niños de corta edad al darse cuenta y tomar conciencia de lo que realmente había sucedido.

El padre de uno de los menores de cinco años y un bebe, fue quien dio la alerta sobre las nueve y cuarto de la noche, cuando tras la detonación, el hombre se percibió que algo le había rozado el pantalón, aunque sin llegar a tocarle la pierna. Al interesarse por el incidente fue cundo descubrió en el suelo, a unos veinte centímetros del pie derecho la bala.

Hubo momentos de confusión, aunque no se llegaron a perder los nervios, aunque sí activó las iras de los adultos cuando apreciaron el riesgo que estuvieron a punto de afrontar. Avisada la Policía Nacional, poco más tarde acudieron al lugar del incidente dos dotaciones, quienes tras la preceptiva inspección ocular y escuchar a los testigos se hicieron cargo de la bala para su posterior examen a cargo de la Policía Científica, que determinará, si como se comentó, se trataba de una bala blindada, así como saber el arma que la disparó, su calibre, etc...

De momento no se ha descartado ninguna hipótesis y la Policía Judicial ha iniciado también una investigación para tratar de resolver el caso y analizar todos los elementos y pormenores que pudieran concurrir en este incidente.