Almería

De la repatriación a la libertad sin papeles, el camino del inmigrante

  • Los rescates de pateras aumentan hasta alcanzar cifras no vistas en los últimos años

  • Los menores y las embarazadas se quedan en el país

Parte de los inmigrantes rescatados y trasladados al puerto de Almería el pasado miércoles.

Parte de los inmigrantes rescatados y trasladados al puerto de Almería el pasado miércoles. / Carlos barba/EFE

Un total de 593 inmigrantes fueron rescatados por Salvamento Marítimo y la Guardia Civil cuando intentaban llegar en 15 pateras a las costas andaluzas, 424 de ellos en el Estrecho de Gibraltar y 169 en el mar de Alborán. De ellos, 128 fueron trasladados al puerto de Almería.

La llegada de pateras no cesó los días siguientes, al contrario. Y aunque es bien conocido que se rescata a aquellas personas que quieren labrarse un futuro al otro lado del Mediterráneo, no lo es tanto el resto de circunstancias que rodean a estos fatídicos viajes en los que se juegan la vida. Muchos de ellos acaban en Almería porque cruzan el mar de Alborán, en embarcaciones de 5 o 6 metros de eslora en mal estado, con motores viejos y, además, sobrecargadas por las mafias.

Pero, ¿qué pasa una vez que son rescatados? En el caso de Almería, nada más llegar a puerto a los inmigrantes reciben atención sanitaria y humanitaria, con la entrega de alimentos, ropa, etc., por parte de Cruz Roja, entidad que también realiza entrevistas sociales a los rescatados para detectar a posibles víctimas de trata y potenciales solicitantes de asilo o refugio, personas con las que se trabaja posteriormente para realizar un informe que se remite a la Fiscalía en el caso de detectarse alguna de estas situaciones.

Una vez son atendidos por estos voluntarios, los inmigrantes son puestos a disposición de la Policía Nacional, que recepciona la patera y con un intérprete y un abogado, habitualmente de oficio pero siempre con un curso que lo especializa en materia de extranjería, los agentes leen sus derechos a estas personas e inician el expediente de devolución.

La excepción a este trámite son los menores de edad, que quedan a cargo de la Junta de Andalucía en el caso de la comunidad autónoma andaluza, y de las embarazadas, que son puestas a disposición de onegés como Cruz Roja para que ingresen en los centros que estos colectivos tienen repartidos por toda la geografía del país. En casos excepcionales, mujeres no embarazas y hombres que presenten alguna discapacidad u otra situación personal que así lo recomiende pueden ingresar en estos centros.

El resto de inmigrantes permanecen temporalmente en módulos del puerto pesquero. Si son marroquíes, son documentados por el Consulado de Marruecos y devueltos a su país de origen. En el caso de los argelinos, al encontrarse el Consultado en Alicante, es preciso que los inmigrantes pasen por el juzgado y tras declarar ante el juez éste orden su ingreso temporal en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) hasta que sean documentados y devueltos a su país.

Esto mismo ocurre con los ciudadanos de países subsaharianos, aunque no todos ellos cuentan con un tratado o acuerdo con España que permita su devolución, y algunos de los que cuentan con el mismo no documentan a los inmigrantes que afirman pertenecer a dicho país, según indican fuentes consultadas por este periódico.

Cuando esto sucede, tras pasar por un CIE, los inmigrantes son puestos en libertad aunque en una situación irregular en España, ya que no disponen de documentación o permiso de residencia en el país. Los que sí pueden ser devueltos de acuerdo a la Ley de Extranjería vigente, regresan a su país de origen, nunca a aquel del que salió la patera en la que fueron rescatados en alta mar.

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