Diario de las artes

La gran fotografía de siempre

  • FRAN NÚÑEZ-PEPE NIHIL / Sala ArteaDiario / JEREZ

Bodegón de la muestra que se expone en ArteaDiario.

Bodegón de la muestra que se expone en ArteaDiario.

La fotografía, como todo el arte contemporáneo en general, está atravesando un momento de justa reconversión; algo totalmente necesario después de un tiempo con demasiados posicionamientos a contracorriente. Se observa un arte descuidado, suscrito a veleidades estemporáneas y a desenlaces sin criterio y poco convincentes. Como la fotografía, aunque haya sujetos poco informados o enterados con poco juicio, es algo totalmente implicado en el núcleo actuante de la actividad artística moderna, ésta plantea muchos de los males que acontecen en la práctica artística al uso. Así nos encontramos pobres realizaciones de autores llegados con nula preparación que, de buenas a primeras, se creen artistas superiores y, además, aparecen con la mayor osadía, artistas - o lo que sean - que, según ellos, ya les basta para poder plantear actuaciones que, a la postre, nos son más que insignificantes maneras de una realidad tan poco clara como de escasa dimensión creativa. Estamos hartos de ver manifestaciones artísticas -por llamarlas de algún modo - que parten de una idea mal concebida y sin ninguna formulación plástica, que son alzadas a cotas relevantes de un arte que parece creado para tontos. Una obra de arte debe estar sustentada, de principio a fin, con el fundamento absoluto de la verdad creativa y no solamente con argumentaciones conceptuales sin ninguna decantación plástica. La fotografía, como asunto artístico nuclear del arte actual, posee bastantes asuntos con esquivos planteamientos. En primer lugar, el haber dejado atrás, casi por completo, las actuaciones analógicas. Hoy son pocos los laboratorios que tiene su función adecuada; es más, creo que es legión los que no saben para qué servía la luz roja. Por eso, cuando te encuentras fotógrafos de verdad sigues manteniendo la fe viva en un medio de expresión que es infinitamente más que lo que manifiestan las burdas realizaciones que por ahí existen, salidas de pobres actores con escasas luces que por tener una cámara - aunque sea buena y costosa - se creen abanderados de la esencia fotográfica y se consideran -además, pontificando- autores de lo mejor.

Una de las fotografías de la exposición. Una de las fotografías de la exposición.

Una de las fotografías de la exposición.

Dos fotógrafos fotógrafos ocupan el espacio expositivo de DIARIO DE JREZ; dos artistas con mayúsculas que saben lo que es la fotografía, que conocen los entresijos del medio y que dan forma, sin alharacas, a una realidad artística que está muy por encima de veleidades atontecidas por argumentaciones de nada, ejercidas por artistas sin arte. FRAN NÚNEZ es de los jóvenes que más juego han dado a la fotografía analógica; es un hacedor callado con la solidez creativa de los más grandes. PEPE NIHIL - José Ramón García - es fotógrafo de amplísimo espectro, solvente artista de infinitos recursos que sabe establecer los mejor de un arte que él mantiene en lo más alto sus más sugestivos postulados. La exposición nos conduce por diversos planteamientos fotográficos, bien realizados desde el conocimiento, desde el dominio del medio y desde el mayor sentido plástico. Una muestra con dos artistas diferentes y con credos distintos, a los que une una clara conciencia fotográfica. Autores solventes, serios, rigurosos; alejados de los intereses que ocupan a muchos aficionados más preocupados en efectistas e igualatorias actuaciones.

Otra de las obras expuestas Otra de las obras expuestas

Otra de las obras expuestas

PEPE NIHIL ofrece un compendio amplio de su producción; piezas que recrean momentos fundamentales de una fotografía que él engrandece con situaciones comprometidas de muy buen ejercicio plástico. En su obra, la realidad ejerce su máxima función ilustrativa pero dejando al margen disposiciones reales para que ellas manifiesten un nuevo discurso lleno de entidad artística. En su fotografía, lo real distribuye su absoluto discurso o deja de manifestarlo para adentrarse por nuevos postulados donde lo artístico juega un papel diferencial. Por eso encontramos imágenes que, a fuerza de ser reales, dejan su posición representativa para adentrarse por situaciones que llegan a ser pararreales. Bodegones que abandonan sus meros postulados representativos para alcanzar jugosas fórmulas que recuerdan a las bellísimas naturaleza muertas del gran Zurbarán; esquejes de lo real que nos introducen en las posiciones distópicas del Man Ray más absoluto; juegos malabares de un artista total en el que la fórmula fotográfica va infinitamente más allá de lo habitual.

Por su parte, FRAN NÚÑEZ nos ofrece un relato de situaciones presentidas; una historia bellamente contada donde todo es susceptible de posicionar situaciones mediatas. En su fotografía, lo real y lo imaginado pierden sus encuadres habituales para adaptar situaciones donde lo particular echa un pulso, que gana, a lo general. Sus mínimos desarrollos se vuelven cuadros de una historia magnificada con los postulados absolutos de una fotografía total. Porque Fran Núñez maximiza lo mínimo, engrandece los postulados de una historia presentida y eleva a la altura de lo absoluto un desarrollo de mínimos que buscan lo eterno. Su fotografía no es un mero ejercicio de plasmación representativa; es una historia contada con los perfiles mágicos de lo que se narra para ser aprehendido desde las emociones del alma.

Dos muestras en una que abren las mayores perspectivas de la gran fotografía de siempre; esa que queda al margen de las modas efímeras ejecutadas por miradas endebles.

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