A pesar de que se presentaba la temporada como la más ilusionante posiblemente en las tres décadas y media de historia del Almería, de momento el conjunto de Vicente Moreno está protagonizando el peor arranque de los ocho en la máxima categoría. Tan preocupante son los números como las sensaciones desprendidas en el arranque de liga, elevadas a la máxima ponencia este sábado en el Nuevo Mirandilla cuando el conjunto rojiblanco estuvo a merced del Cádiz, creando sólo peligro en el típico arreón final, que tuvo premio en forma del gol de Kaiky, que dio el primer punto de la temporada.

Destacaba Vicente Moreno en la previa que el equipo estaba sufriendo un cambio de ciclo, modelo de juego incluido. De ahí que se pueda entender este mal inicio dentro de esa reconstrucción tras las salidas de los dos centrales titulares en el ascenso y la posterior permanencia, caso de Ely y Babic, de dos de los centrocampistas más importantes de las últimas temporadas, como son Samu y De la Hoz, y del delantero titular del pasado ejercicio, El Bilal Touré. Esos nombres formaban además parte del núcleo grueso del vestuario (el balcánico fue titular ante el Rayo).

De momento se están viendo numerosas carencias tanto por parte de las siete incorporaciones como por futbolistas que continúan. En este sentido, desca que futbolistas como Akieme o Robertone, quien se quedó en Cádiz en el banquillo, o Embarba estén alejados de su mejor versión, además de que Melero, capital con Rubi, no ande en su mejor momento físico. Lo más preocupante es la contundencia defensiva, uno de los aspectos prioritarios que se ha marcado en rojo para mejorar el nuevo cuerpo técnico después de que el pasado ejercicio el almeriense fue el tercer equipo del campeonato que más goles concediese (65). Al menos un central aterrizará esta última semana del mercado, esfumándose la opción de Touba una vez que el Lecce ha logrado su préstamo con opción de compra. De momento, Édgar, que será baja el viernes (22:00 horas) ante el Celta, es la única entrada para el eje de la zaga, con un rendimiento que está dejando que desear.

Robertone da un pase ante la presión de Maxi Gómez

La parcela defensiva no es lo único que mejorar en un Almería que no está teniendo ni la mordiente ni la efectividad mostrada con Rubi. Esa falta de contundencia en ambas áreas se une a que en numerosas ocasiones el bloque se parte a pesar del novedoso 1-4-2-3-1. Quedó más que evidenciado en numerosos tramos del partido ante el Real Madrid con muchos metros entre los dos mediocentros y la segunda línea de ataque, máxime al formar parte de ésta jugadores con un perfil ofensivo, caso de Embarba, Arribas o Ramazani. De ahí se puede entender la novedad de Puigmal en el Nuevo Mirandilla aunque el catalán, que empezó prácticamente el partido amonestado, se quedó en la caseta al descanso.

No termina de transmitir este Almería de Vicente Moreno, que volvió a encajar a balón parado ante el Cádiz, explotando los gaditanos uno de los puntos fuertes de su juego. Al menos en el Nuevo Mirandilla algunas sustituciones del preparador valenciano surtieron efecto: Kaiky le dio más empaque en la zaga, además de anotar el gol en el tiempo de añadido, mientras que Koné metió otra marcha más en ataque, haciéndose fuerte en los balones aéreos. En el tramo final, eso sí, hubo mucho nerviosismo, con jugadores desquiciados como Ramazani, que a punto estuvo de caer en la trampa del Cádiz para ser expulsado, siendo finalmente amonestado, al igual que un Viente Moreno que tiene mucho trabajo por delante. El técnico, eso sí, cuenta con la baza de estar en plena reconstrucción de un Almería que también ha dejado alguna noticia positiva como la movilidad y verticalidad de la segunda línea de ataque frente al Real Madrid o los brotes verdes de algunos fichajes, caso de Pubill que si bien estuvo errático en el pase (13 pérdidas de 44 efectuados), brilló en las recuperaciones, con hasta una decena.