UD ALMERÍA 1-3 REAL MADRID | LA CRÓNICA
  • Un doblete del inglés materializa la remontada blanca ante un Almería vigoroso en el primer acto y que se va abajo en el segundo

  • El portugués debuta en la portería la semana de su fichaje con una salida en falso en el 1-2

  • Vinícius sentencia el partido con un buen gol

Bellingham y Maximiano le dan al triunfo al Real Madrid (1-3)

Chumi, novedad en el once local, realizó una notable actuación parando a Vinícius Chumi, novedad en el once local, realizó una notable actuación parando a Vinícius

Chumi, novedad en el once local, realizó una notable actuación parando a Vinícius / Javier Alonso (Almería)

El Almería se acercó a la sorpresa como el pasado año, pero se vio superado en la segunda mitad al resurgir la figura de Bellingham, que demostró en el Estadio de los Juegos Mediterráneos el porqué el Real Madrid ha abonado más de cien millones por su fichaje. A pesar de que su equipo empezó el partido prácticamente perdiendo, el inglés jugó e hizo jugar, pisó área constantemente, empató el gol de Arribas y posteriormente culminó la remontada. Todo ello ante casi 18.000 espectadores, algo que no se veía en la Vega de Acá desde hace más de una década.

Si las dos modificaciones de Ancelotti (Rüdiger y Kroos) eran obligadas para ocupar los huecos del lesionado Militao y del tocado Camavinga respecto al once que venció en Bilbao, Vicente Moreno movió más el suyo apareciendo Maximiano, Pubill, Chumi y Arribas, debutando el portugués la misma semana que aterrizó. Mariño, Pozo y Lázaro Vinícius fueron los damnificados (con Babic en Moscú), ocupando Édgar el perfil zurdo en el eje de la zaga. Al ex del Real Madrid no pudo sentarle mejor la titularidad, anotando a los tres minutos de juego en una rápida transición tras una falta lateral de los visitantes.

El Real Madrid mandó ánimos a Militao tras su grave lesión El Real Madrid mandó ánimos a Militao tras su grave lesión

El Real Madrid mandó ánimos a Militao tras su grave lesión / Javier Alonso (Almería)

Maximiano asistió con la mano a Ramazani, éste la puso al hueco a Robertone y el argentino centró, mientras Arribas ocupó el espacio exacto en el momento preciso y cabecease adentro de las mallas de un Lunin que posteriormente sostuvo a su equipo una y otra vez. El madrileño pidió perdón por batir al que ha sido su club durante once años, pero como el fútbol no entiende de pasado ni de sentimentalismos, el gol subió al marcador para que otro año más el Almería se adelantase ante el club más laureado del mundo.

El Real Madrid supo sobreponerse y tanto fue el cántaro a la fuente que apenas un cuarto después neutralizó la diana local. Lo hizo con suspense y con mucha polémica en una jugada que será objeto de debate en esos debates estériles y aburridos durante toda la semana. Bellingham, tocado por una varita mágica, materializó ese 1-1 al aprovechar un rechace dentro del área de penalti tras un cabezazo de Valverde. El inglés empujó el esférico en una posición muy justa (Akieme rompía el fuera de juego por milímetros), centrándose las quejas locales en que el mediapunta se ayudó del hombro-brazo. Rápida revisión de VAR y apenas celebración por parte de jugadores y aficionados blancos al considerar que iba a ser anulado.

El Almería protestó en el primer gol un fuera de juego, que rompe Akieme, y que Bellingham se ayudó del brazo

El equipo de Ancelotti encontró premio tras haberlo rozado al cabecear previamente Tchouaméni un saque de esquina botado por Kroos. El Almería fue valiente en todo momento, mordiendo arriba cuando podía en lugar de montar un bloque bajo por decisión propia y con mucha movilidad entre Embarba, Arribas y Ramazani, cambiando constantemente las posiciones. El Madrid, por su parte, abusó del juego interior, sin extremos y sin Carvajal ni Fran García prodigándose como debiesen en ataque (una de las pocas subidas del de Leganés supuso el tanto anulado justo antes del descanso). Vinícius y Rodrigo intentaban aparecer entre líneas, pero los locales realizaron un gran trabajo táctico y los dos brasileños se ahogaron en ese entramado.

El peligro blanco reside en manejar diferentes registros. Hizo, de hecho, más daño en las pocas ocasiones en las que contragolpeaba, pero, sobre todo, con las llegadas de Bellingham desde segunda línea. Pisó una y otra vez el área almeriense sin terminar de ser resolutivo en el último tercio. Valverde probó fortuna con un disparo lejano y poco después metió un buen balón con el exterior a Rodrygo para que el brasileño protagonizase un disparo cruzado que se marchó besando el palo derecho de Maximiano. En la recta final del primer acto el portugués tuvo que repeler un golpeo del propio Rodrygo.

Fue el Almería, todavía en construcción, el que más se acercó al gol a pesar de merodearlo menos, con un centro de Arribas buscando a Luis Suárez y un disparo raso de Baba que se complicó por el mejorable estado del césped (Lunin sacó una mano salvadora). También la tuvo Robertone con un disparo lejano y en dos rechaces en segunda jugada de córner tras una pérdida de Rodrygo. Y Ramazani con un cabezazo atrapado por el arquero ucraniano en el saque de esquina posterior al disparo lejano del argentino.

Arribas fue de lo más destacado sobre un césped que dejó que desear Arribas fue de lo más destacado sobre un césped que dejó que desear

Arribas fue de lo más destacado sobre un césped que dejó que desear

Los cinco minutos de añadido dieron para mucho: el Almería, que tuvo el 2-1 con dos oportunidades de Ramazani, pidió un penalti al entender que el balón había dado en la mano de Fran García y Sánchez Martínez anuló un pase a la red de Kroos tras consultar el VAR por un pisotón de Carvajal a Akieme. El Mediterráneo celebró como un gol en un momento psicológico segundos antes del paso por vestuarios.

El Madrid se aúpa al liderato con seis puntos, mientras que el Almería, con cero, continúa en descenso

Tras la reanudación sólo hubo un dominador y eso que en el minuto 54' Ramazani la tuvo en una chilena tras un centro de Baba, pero el remate no tomó la potencia suficiente. Fue un oasis en el desierto, apareciendo después la figura de Maximiano en un centro de Valverde. El portugués salió en falso y Bellingham, imponiéndose a Édgar y Akieme tras llegar desde atrás, peinó el balón hacia gol. El Madrid se creció y ya no hubo rival.

Vicente Moreno lo intentó dando entrada primero con Koné en la zona de ataque y después con Melero en la sala de máquinas, pero los rojiblancos ya no pudieron. Rodrygo tuvo la sentencia con un disparo cruzado que se fue por poco, pero fue Vinícius, en el 72', el que dejó el partido visto para sentencia tras enviar el esférico a la escuadra de Maximiano. El balón tocó en Chumi, pero queda la duda de si Maximiano pudo hacer algo más. El encuentro se acabó ahí, pudiendo terminar incluso en goleada blanca si los de Ancelotti hubiesen sido más eficaces de cara a portería rival.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios