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JIM, éste es tu equipo (1-4)

  • Rivera consigue un once intenso, la única manera que tiene el Almería para salir de su difícil situación. Casillas para tras cuatro años un penalti en Liga en el Mediterráneo, donde si no.

Si a un entrenador nuevo se le pide aire fresco en forma de cambios, como es normal porque lo anterior no estaba funcionando, Miguel Rivera  arrasó con parte del legado anterior pese a que sólo iba a estar en el banquillo en el partido de ayer. Pero qué día tuvo el malagueño por la emoción de debutar en Primera y hacerlo contra el Madrid. Pese a su situación de interinidad y a venir del filial, no le tembló la mano para dejar a Thievy, la gran apuesta del presidente, en la grada y a probar con el atractivo sistema que él utiliza con sus pupilos en el B. Por eso, de salida, los de Ancelotti se vieron ciertamente sorprendidos cuando Dubarbier tuvo la gran oportunidad, solo en el área chica, pero se durmió. La falta de costumbre de jugar tan arriba, puesto que ayer jugó como extremo.

Aunque el Madrid tardó poco en encontrar huecos, lo mínimo que se le pide a un hueco con tanta calidad y teniendo enfrente a un equipo cuya manera de competir es a base de ilusión, la línea defensiva y la manera en la que planteó el choque Rivera, le hubieran evitado algunos disgustos  a Francisco por esa falta de contundencia que tanto repetía en rueda de prensa pero que no tenía manera de solucionar. Trujillo y Ximo como centrales, fuerza y velocidad; Fran Vélez caído a la izquierda, seguridad y polivalencia. A Michel era al que más le costaba con Cristiano delante. El líder hacía daño, era normal teniendo a jugadores como Kroos que se saca un chut de la nada y lo estrella en el larguero, pero el Almería no temblaba como en jornadas anteriores. Arriba, en la escasa posesión que pueden tener los rojiblancos en estos encuentros, Soriano ponía el temple y bajaba los balones, para que Hemed viviera lo más cerca posible del área, no tan alejado como hasta ahora. Un nueve es un nueve si tiene gol y más fácil le será marcarlos si vive en su territorio natural.

Pero por mucha ilusión, fe, compromiso y ganas que pueda tener un equipo, la calidad es la que decide en el mundo del fútbol. Por eso, la apuesta del Almería es tan complicada, incluso inverosímil cuando los fichajes salen rana, y la culpa de la situación no es exclusivamente de Francisco. Pese a que el Madrid, jugando al tran tran, estaba viviendo más en el terreno de juego rojiblanco, no se iba a adelantar por dos veces porque estuviera jugando mejor, si no porque los buenos cuestan mucho dinero. Isco primero hizo una delicatessen en el área chica, con control y disparo con rosca al segundo palo, y Bale remató de cabeza, gracias también al pésimo marcaje de los centrales, como no lo hacen los arietes almerienses. Eso se paga y eso significó el 0-1 y el 1-2. El tanto almeriense llegó en una acción poca habitual, por desgracia, en este equipo. Un rechace en la frontal llegó a las botas de Verza, que chutó como los ángeles. Fue el empate, efímero pero ilusionante. ¿Por qué nadie tira nunca desde fuera si es más efectivo que las guardioladas de meterse con el balón hasta la cocina? ¿La intensidad de Éibar fue la misma que la de ayer? ¿Es normal que los goleadores no sigan siendo los delanteros recién fichados y que Thievy o Teerasil, los fichajes bomba, no tengan sitio en este equipo en partidos tan importantes por decisiones técnicas? Posiblemente en verano, además de la gira, hubo más cosas que se hicieron mal.

JIM estaba viendo el partido desde el palco y tiene motivos para ponerse a trabajar como un loco porque vio que con la intensidad de ayer la salvación es posible. El Madrid se dormió, el Almería se lanzó a por todas y merecía algo más que otra honrosa derrota de las que no sirven para nada. Pero se ve que el césped nuevo que se puso en verano está gafado. Sólo así se explican tantas ocasiones marradas y que justo ayer, Iker Casillas volviera a vestirse de santo después de un año y pico tan irregular. Si una de las especialidades de Verza como son los penaltis no entran, lo mejor es que acabe el año cuanto antes y pedirle al 2015 un cambio radical de fortuna.

Como ha ocurrido en todos y cada uno de los partidos disputados esta temporada en casa, los fallos terminaban convirtiéndose en flagelaciones. Cristiano, sin merecerlo el Madrid, hacía con un doblete un doloroso e inmerecido 1-4. Pero como se ha impreso unas líneas antes, la calidad cuesta dinero y da puntos. La ilusión te ayuda a competir, pero a solas no es suficiente. Miguel Rivera supo sacarle a sus muchachos la intensidad que necesita para, por lo menos, soñar con que la salvación no es tan inviable como después del ridículo de Éibar. JIM, éste es tu equipo, ahora toca trabajar, creer y ganar.

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