"Vestirse de luces es un momento íntimo de miedo, de inseguridad, de ilusión" comentó Víctor Zabala en la introducción de la jornada desde la experiencia de ser torero de alternativa. Situación novedosa para un curso de verano de tauromaquia escenificando una habitación de un hotel, esta vez en el Museo Taurino, haciendo las veces de mozo de espadas Jesús Torres, novillero, que explicando las partes y sus peculiares nombres, vistió una silla como momento previo para dejarlo todo en orden antes de que el torero se disponga para el rito.

José Luis Plaza, también novillero que en la actualidad está en el escalafón de los toreros de plata, hizo las veces de modelo para vestirse.

Como cualquier tarde de toros montó la capilla, cuestión generalizada aunque los hay que no hacen uso, y explicó las peculiares manías como "no dejar la montera encima de la cama". Poner la castañeta, las medias con sus ligas, la taleguilla con sus tirantes y el anude de los machos, las manoletinas o zapatillas, la camisa con sus chorreras o no, el corbatín o pañoleta, el fajín, el chaleco y chaquetilla para con la montera y el capote de paseo salir en el coche de cuadrillas hasta la plaza del compromiso. Maravillosa explicación de José Luis Plaza y Jesús Torres, con la entrega de quien vive con pasión este mundo, muy aplaudida y valorada por los alumnos.

A continuación Javier López Reche, del equipo de El Fandi disertó sobre la preparación física del torero. Similitudes y diferencias con disciplinas deportivas, mentalización del torero por la adecuada salud corporal como proceso complejo.