UD ALMERÍA | Opinión

La persistencia del 'casposismo alfonsiano'

  • La indignación de los abonados de la UDA es inversamente proporcional al jolgorio de los subecarros que el sábado saltarán al césped a reventar los festejos, ¿rodarán cabezas?

Imagen de las colas en los alrededores del Estadio

Imagen de las colas en los alrededores del Estadio / D.A. (Almería)

En estos casi tres años de gestión de Turki Al-Sheikh hay muchas cosas que han cambiado para bien en el seno de la UD Almería. Otras, no obstante, siguen durmiendo el sueño de los justos a la espera de que el dignatario saudí ordene a sus hombres fuertes en la directiva que tomen cartas en el asunto. La más evidente es el sistema de venta de entradas, que hoy generaba un caudal de indignación y mucha frustración entre abonados y simpatizantes del club.

Hasta la fecha, en cada partido como local la entidad indálica ofrecía la posibilidad de adquirir las entradas de forma presencial en la sede del club o por vía telemática con dos enlaces habilitados a tal efecto. De este modo garantizaba a los aficionados residentes fuera de la capital (los tiene repartidos por toda la provincia, pero también en el resto del país e incluso en el extranjero) la posibilidad de tener acceso a los boletos.

Con el ascenso en juego el sábado ante el Alcorcón era previsible que la demanda de localidades se desbordase. Tanto es así que desde las cuatro de la madrugada había ya seguidores haciendo cola a las puertas del Estadio y antes de las 10:00, hora prevista para arrancar la venta, los servidores del club colapsaban.

Si el desplome del sistema informático obedeció a falta de previsión por parte del club, malo; si fue una orden expresa desde la directiva priorizar la venta presencial sobre la modalidad on-line, peor todavía. En ambos escenarios la sensación que emana es de chapuza más propia de la etapa alfonsiana, que ya parecía superada, pero a la vista está que el casposismo rebrota a la mínima que la entidad se ve en una situación de euforia.

El malestar fue invadiendo el debate en las redes sociales desde primera hora de la mañana, conforme muchos seguidores veían con impotencia que no podían adquirir entradas desde la web mientras a otros se las despachaban sin límite en la sede, hasta que alguien tuvo la brillante idea de que para frenar una más que posible reventa convenía establecer un tope de 4 localidades por persona.

Mientras otros clubes en la misma tesitura que la UDA, caso de la Sociedad Deportiva Eibar, anunciaban la venta de entradas con prioridad para sus abonados durante la jornada del martes, de forma coordinada y sin visos de improvisación, en Almería el caos ya era palmario, con colas que llegaban hasta las puertas del Palacio de los Juegos Mediterráneos y cientos de personas esperando horas y horas pacientemente al sol.

Decía Juanma Lillo, exentrenador del equipo, que las comparaciones solo son odiosas para quien sale malparado en ellas, y en este caso la UDA no queda en un buen lugar. Y es que al filo de las cuatro de la tarde, tras apenas seis horas a la venta y con el ‘detalle’ de no cerrar a mediodía la ventanilla, el club anunciaba a través de sus redes sociales que se había colgado el cartel de ‘no hay billetes’, lanzando un mensaje de disculpas por la forma atropellada con que había solventado la jornada: “Lamentamos las molestias ocasionadas por la gran demanda en el día de hoy. Os damos las gracias a todos”.

El anuncio del comunity manager sonaba a cuerno quemado entre la concurrencia que acumulaba varias horas de espera y la frustración contenida no tardó en verterse renovadamente en las redes sociales, el patio de desahogo de la sociedad actual.

Viéndolo por el prisma positivo, que todo lo tiene (solo es cuestión de esforzarse), el club llenará por segunda vez este curso el Estadio. Eso siempre y cuando los abonados despistados cumplan, no como ya ocurriera ante el Amorebieta...

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