Tradición y devoción se dan la mano en las fiestas por la Santa Cruz del Voto, en las que tampoco falta la diversión de pequeños y grandes. En la segunda jornada festiva, los canjilones disfrutaron de muchas actividades. Los pequeños tuvieron la oportunidad de disfrutar de un gran festival de juegos que tuvo como escenario el colegio Santa Cruz. Los reyes de la casa disfrutaron de talleres de globoflexia y pintacaras y saltaron en hinchable. Pero también se divertieron con un circuito do Eco Karts, tiro con arco y rapel.

Diversión también hubo en la Plaza de la Constitución, donde al mediodía además de disfrutar de la gastronomía canjilona en los bares que rodean la plaza, los vecinos y visitantes degustaron una sabrosa paella.

La confección de este arroz popular para más de 1.000 personas recayó en las manos de un paísano, Rubén Sánchez Martínez. Otro paisano, Javier Fernández Márquez, también jugó un papel en esta paella pero como venenciador.

A medida que se acercaban las dos de la tarde eran más las personas que se dejaban ver por la plaza. Al final, cientos de vecinos y visitantes de pueblos aledaños y otros rincones de la provincia disfrutaron de este arroz por el que tuvieron que abonar un euro por ración. El dinero recaudado será donado a la Asociación de la Tercera Edad y Pensionistas El Andarax para sus actividades.

La Charanga Los Notas animará con su música toda la jornada, su actuación está patrocinada por Iniciativas y Desarrollo Canjáyar y es que son varias las empresas de la localidad las que aportan su granito de arena para con las fiestas patronales.

Antes de la paella popular se celebró un concurso de pipirrana, una ensalada cuyos ingredientes básicos son cebolla, tomate, pimiento verde y pepino. Fueron varios los platos presentados que después pudieron disfrutar algunos afortunados.

Ya de noche, la plaza de la Constitución volvió a ser el centro de la fiesta. Primero con el concierto de la Asociación Cultural - Musical Eladio Guzmán que titularon Música para bailar. Segundo con la actuación de la orquesta Cristal que hizo mover los cuerpos hasta altas horas de la madrugada. En uno de los intermedios, se realizó un homenaje a Manolo Escobar. Este recayó en una actuación que tuvo como protagonista al cantante Antonio Ureña que interpretó un amplio repertorio de las canciones más conocidas del artista almeriense, que en más de una ocasión tararearon los asistentes.