Quienes leen mis artículos en este rotativo con cierta regularidad sabrán de mi entusiasmo por el proyecto de Turki, pero también de mi imparcialidad a la hora de enjuiciar cualquier tema, por muy bien que me caiga este o aquel. Al cierre de la campaña de renovaciones de abonos nos hemos llevado una sorpresa morrocotuda: la UDA decidía no vender nuevos abonos debido, según el club, al éxito de las renovaciones y a no querer establecer agravios comparativos con los que no fueran agraciados en el sorteo de nuevos abonos, que fue anunciado a bombo y platillo por el mismo club tiempo ha. O sea, que con ese argumento tan absurdo el juego de azar de La Primitiva no se debería celebrar al establecerse un agravio comparativo con los que no son premiados, que además pagan por jugar. Y así podíamos seguir con cientos de ejemplos.

¿Quién tuvo la feliz idea en la entidad de utilizar como justificación lo del agravio comparativo? Es para concederle la medalla de oro a la ingenuidad, porque eso no se lo cree nadie. ¿O a qué se referirá el club con lo de agravio comparativo? ¿Lo dice por el que ya han sufrido los más de 10.000 aficionados registrados en la lista del sorteo para nuevos abonados, cuando a alguna peña ya se le vendieron nuevos abonos en pleno periodo de renovaciones? El quid de la cuestión es que se anunció por activa y por pasiva un sorteo debido a la alta demanda de nuevos abonos. ¿Por qué ahora se recula y donde dije digo, digo Diego? Pues porque se supone que apenas habrá abonos disponibles de los en teoría 5.000 asientos libres que deberían haber quedado, una vez que renovaron alrededor de 10.000 seguidores.

"Con ese argumento tan absurdo por parte del club, el juego de azar de La Primitiva no se debería celebrar, al establecerse un agravio comparativo con los que no son premiados, que además pagan por jugar"

¿Y eso por qué? Entre los asientos reservados a la afición visitante, los compromisos de patrocinadores e instituciones, el porcentaje de entradas que obligatoriamente hay que vender en cada encuentro, los abonos vendidos a alguna peña como prebenda injustificable y el supuesto enchufismo del club con el fin de evitarle al amigo o al familiar de turno el sorteo, apenas habrán quedado asientos disponibles. Pero hasta para mentir hay que ser pillo, pues con haber liberado unas pocas entradas, 500 por ejemplo, a salvo de toda esa vorágine de supuestas peticiones encubiertas y de reglas de obligado cumplimiento, te aseguras de que haya un sorteo, aunque sea con bastantes menos abonos de los que se podía suponer en un principio, saliendo medio airoso el club al cumplir la palabra dada a todos esos aficionados que esperaban como agua de mayo ser elegidos, pese a la aceptada y consabida dificultad.

Todo lo expuesto tomó forma cuando durante toda la semana se fue anunciando por parte del club el número exacto de abonados que ya habían renovado, hasta que llegó el último día de renovaciones y el club no dio a conocer la cifra final y exacta de abonados, sino un porcentaje de abonos renovados con respecto a la pasada campaña, que en realidad te hace sembrar la duda sobre la cifra de abonados que hay en la actualidad, incluyendo el comprobado trato de favor a una peña, que se sepa, y la ventaja que supuestamente ha obtenido más de uno y de dos para eludir el sorteo. El club podía haber quedado de cine con casi todo el mundo, pero a alguien se le fue de las manos este tema. Agravio comparativo, dicen....Una pena, porque sigo entusiasmado con la grandeza del proyecto de Turki e ilusionado al máximo, pero algún torpe ha mancillado la buena imagen de la entidad.