La huelga del Metro de Barcelona complicó ayer la movilidad en la ciudad, donde muchos ciudadanos cambiaron sus hábitos y mostraron su enojo, igual que John Hoffman, consejero delegado de la asociación GSMA, organizadora del Congreso Mundial de Móviles (MWC), que no pudo llegar a tiempo a la inauguración del evento.

La tan esperada línea 9 que une el aeropuerto con la Fira de Barcelona fue una de las más damnificadas por la huelga, pese a que los servicios mínimos del 50% en las horas puntas palió en parte el colapso que podría haberse producido en la movilidad de los ciudadanos, muchos de los cuales optaron por el autobús.

La primera de las dos jornadas de huelga en el metro -la próxima será mañana- complicó además la circulación en el centro de Barcelona por la tarde, cuando unos 1.000 trabajadores del metro, según la Guardia Urbana, se manifestaron desde la Diagonal hasta la plaza de Sant Jaume cortando el tráfico a su paso.

Los esfuerzos de última hora del ayuntamiento, con la alcaldesa Ada Colau a la cabeza, y la mediación de la Generalitat no fueron suficientes para que los sindicatos del Metro desconvocaran la huelga de 24 horas, aunque el presidente del comité de empresa aseguró que han presentado al departamento de Trabajo una propuesta alternativa sobre las contrataciones para intentar desconvocarla mañana.

Para minimizar sus efectos, la asociación GSMA dispuso un plan de contingencia para facilitar la movilidad de los congresistas habilitando una flota de autobuses lanzadera entre Fira Gran Vía, en L'Hospitalet de Llobregat, y Barcelona ciudad.

El consejero delegado de GSMA, John Hoffman, aseguró, tras ausentarse de la inauguración del salón, que está "muy decepcionado" por las jornadas de huelga que han convocado los trabajadores de Transportes Metropolitanos de Barcelona en metro y autobús. "Estamos muy decepcionados. Sin embargo, nuestra prioridad es conseguir una feria muy exitosa y abordaremos el tema del transporte una vez pasado evento", dijo.

Ferrocarrils de la Generalitat, por su parte, reforzó el servicio de trenes con parada en Fira Gran Vía, mientras que todos los taxistas podrán prestar servicio hasta el jueves, independientemente de cuál sea su día de descanso.

Aunque los servicios mínimos se cumplieron tal y como estaban establecidos, el aumento de un 9% del tráfico causó importantes retenciones, de hasta 12 kilómetros.

La gran afluencia de viajeros en algunas líneas de autobús como la H12, que hace el recorrido de la línea 1 del metro, provocó incluso que se rompieran las puertas de un autobús en la plaza Universidad cuando se encontraba atestado de usuarios, que ayer optaron por este medio de transporte debido a la huelga de metro.