El PNV y el Partido Socialista de Euskadi firmaron ayer el pacto por el que ambos gobernarán los próximos cuatro años en coalición en el País Vasco con Íñigo Urkullu al frente. "Éste es el inicio de un camino de reencuentro entre dos formaciones políticas que llevábamos mucho tiempo alejadas", dijo la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, tras la firma en Vitoria.

La líder de los socialistas vascos entiende que el pacto "señala el camino del diálogo, del consenso y del acuerdo" y por ello puede "servir de guía para solucionar, salvando todas las distancias, algunos otros asuntos en España". Sobre la manera en que informó del acuerdo a la gestora del PSOE, dijo haber actuado "con naturalidad" al dar cuenta cuando estaba "maduro, prácticamente cerrado", de manera que después "no hubiera sorpresas" sobre su contenido.

El portavoz de la gestora socialista, Mario Jiménez, aseguró que la dirección del partido confía "plenamente en el papel equilibrador" del PSE para que la evolución del autogobierno en Euskadi no se produzca "más allá" de la Constitución y se ha mostrado convencido de que el acuerdo con el PNV no va a llevar a la federación vasca a ningún planteamiento que se salga de estos márgenes. Asimismo, el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, afirmó que los socialistas no son "sospechosos de la ruptura del marco jurídico" constitucional que establece la indisoluble unidad de la nación española.

Andoni Ortuzar, presidente del PNV, dejó claro ayer que el partido jeltzale seguirá planteando una "consulta habilitante" a los vascos sobre el acuerdo que se alcance en el Parlamento Vasco, antes de que se inicie en las Cortes Generales una reforma del Estatuto.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, espera que la Cámara de Vitoria pueda presentar una propuesta potente y con una mayoría "muy amplia" sobre el derecho a decidir, uno de los puntos incluidos en el acuerdo de gobierno, pero desconoce si ese asunto llegará al Congreso.

El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, sostiene que en el pacto de coalición el PSE ha asumido "la hoja de ruta soberanista" del PNV y ha abandonado la defensa de la Constitución.