Cocina

Accidentado showcooking en el paseo de Almería

Una mañana con toque japonés.

Una mañana con toque japonés. / Javier Alonso

Al empezar el encuentro gastronómico, en su penúltima jornada, hubo piropos. “La chaquetilla os queda bien a todos”, se escuchó con una cuidada selección de reguetón de fondo. Héctor García y David Papis fueron los primeros en saltar al ruedo gastronómico al inicio de la jornada. Son un ejemplo a seguir, dos valientes que se han arrancado a empezar un nuevo camino emprendiendo en el mundo culinario, con su taberna ‘Katsu Izakaya’, un viaje a la gastronomía japonesa en plena calle Javier Sanz de la capital.

Para abrirse paso hay que utilizar la originalidad pero especialmente la provocación. Ofrecer un plato de ramen en un día cualquiera de agosto en Almería es, desde luego, un curioso ejercicio provocador. La mañana empezó accidentada. A pocos minutos de iniciado el encuentro, el paso urgente de una ambulancia obligó a levantar todos los asientos y mover los toldos.

Tras reponerse uno del susto, siguió en los fogones el equipo del restaurante ‘La Villa’, abierto en Aguamarga, que cocinó un plato titulado como “el aguacate”, que tiene a este manjar como protagonista y centro de un delicioso tartar de atún.

Faltaron platos. En general, a este espacio gastronómico, comparado, sin ir más lejos, con la edición anterior, le han faltado muchos elementos. Tener menos degustaciones que sillas es imperdonable en un encuentro que busca acercar la cocina al público. Tener menos botellas de agua que asistentes en un día de ola de calor, inexplicable. La falta de sillas fue otro de los quebraderos de cabeza y los apagones en dos días consecutivos, un problema más. Nadie asumirá nada, como Rubiales, aunque todos los presentes compararon ambas ediciones, saliendo perdiendo la presente.

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