Pregón

Kikín reivindica "la suerte de estar en Almería" en un pregón a golpe de carcajada

Kikín recibió el escudo de oro de la ciudad. Foto: Rafael González

Kikín recibió el escudo de oro de la ciudad. Foto: Rafael González / D.A.

Muy almeriense arrancó su pregón el cómico Kikín Fernández. “En la Feria es buen momento para celebrar que con lo grande que es el mundo, tenemos la suerte de estar en Almería”, ha celebrado el humorista al inicio de su discurso, bien flanqueado por la alcaldesa María del Mar Vázquez.

Al atardecer, en la Plaza Vieja, la expectación se convirtió en risa. Sus monólogos tienen su tinte personal, un ‘almeriensismo’ que triunfó ante los presentes. En pocos momentos se borraron las muecas de sonrisa de las caras de los presentes.

Una plaza abarrotada para ver a Kikín. Una plaza abarrotada para ver a Kikín.

Una plaza abarrotada para ver a Kikín. / Rafael González

Impregnada por el almeriensismo de Kikín, se arrancó a hablar la alcaldesa de Almería. “Los almerienses vivimos la Feria con tanta intensidad porque a todos nos emociona nuestra ciudad” , recalcó la primera edil de la ciudad.

Con nueve días por delante de jarana y diversión, Kikín hizo pasadas las nueve de la noche la llamada de atención. “Hay que venir a la Feria”, recalcó a los almerienses, a los que estaban en esa plaza y a los que no.

Por si a alguno le faltaban motivos para ir, Kikín los daba de sobra, no sin antes reírse de todo lo que sea necesario, incluso de las generaciones precedentes. “Disfrutar de “esa olorcica” a azúcar ‘quemao’ del algodón de azúcar que te recuerda a las ferias de tu infancia, ese algodón de azúcar que era igualico que el peinado que llevaba tu abuela para ir a misa…”, celebró el humorista en una celebrada comparación.

Rocío Zamora deslumbró con la guitarra de Adrian Pérez. Rocío Zamora deslumbró con la guitarra de Adrian Pérez.

Rocío Zamora deslumbró con la guitarra de Adrian Pérez. / Rafael González

El éxito de Kikín es que supo ser un pregonero, estando a la altura de su papel en todo momento. Fue una reivindicación de las esencias, de lo que es ser almeriense y vivir los días de Feria. Kikín supo apelar al recuerdo colectivo para arrancar con guasa la semana.

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