Crítica 'Maïdan'

La revolución, a distancia

Documental, Ucrania-Holanda, 2014, 133 min. Dirección, fotografía y montaje: Sergei Loznitsa.

Sergei Loznitsa, uno de los mejores documentalistas contemporáneos, no quiso perderse lo que estaba ocurriendo en la plaza de la Independencia de Kiev, en Ucrania, y se plantó en el epicentro mismo de la acción entre finales de 2013 y los primeros meses de este mismo año. Y lo hizo a su manera, a una prudencial distancia, desde un buen emplazamiento, en plano fijo, con sonido ambiente, sin comentario y con la textura limpia del HD, como observador neutral (¿?) de un proceso popular de carácter festivo y reivindicativo que devino pronto revuelta violenta y trágica una vez que las fuerzas del ejército fueron autorizadas por Yanukóvych para cargar contra los manifestantes.

Resulta muy didáctico y revelador colocar a Maïdan frente a Silvered water, Syria self-portrait, que también se exhibe en el SEFF. Donde una se arrastra en el fango y la sangre de los muertos y heridos en primerísimo, sucio, vibrante y doloroso plano, la otra se protege buscando objetivar lo que, en realidad, no es sino una toma de partido política. Suenan los himnos a los héroes y las canciones patrióticas, pero no hay rostros ni personas, tan sólo gente, masa compacta, todos a una.

Loznitsa apenas mueve su cámara en un par de ocasiones, forzado por alguna carga violenta. Y nos lo enseña, claro, antes de retomar de nuevo su encuadre. Su Maïdan quedará como documento y testimonio de una nueva revolución popular a medio hacer; también, en sus mejores momentos, como un escenario fantasmagórico de caos y destrucción. Sin embargo, no puede disimular su evidente discurso propagandístico, su condición de gran espectáculo documental con más empatía por una idea de la patria que por las personas que la protagonizan. Y eso, viniendo de uno de los mejores retratistas de los últimos campesinos, es, como poco, decepcionante.

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