-No sé si muchos lo sabrán, pero usted también flirteó con Hollywood.

-Bueno, no tanto. Tuve dos propuestas, una con Sofía Loren y otra con Charlton Heston que fueron un mero trámite de contacto internacional. Pero yo había caído en una depresión y no estaba contento con mi vida. Cuando la gente me pregunta que si añoro aquello, siempre digo que no. Bendita depresión que no me involucró en un mundo, el de Hollywood, en el que yo hubiera muerto

-¿Por qué?

-Porque mi carácter y mi situación hubieran hecho que mi rebeldía y mi falta de adaptación al sistema hollywoodiense me llevaran a la autodestrucción. Hubiera acabado en el alcoholismo. No me veo en Hollywood. Me veían todos los demás allí, menos yo.

-Logró salir de ese lance.

-Claro. Luego hubo un reencuentro con la realidad del cine español. Por eso digo que soy un actor joven, toda una promesa, porque considero que mi carrera empieza en 1986, con 'Turno de oficio'. Hace poco más de 20 años. 'Turno de oficio', 'La regenta', 'El vuelo de la paloma', mi encuentro con Azcona y José Luis García Sánchez... 'Suspiros de España y Portugal', 'Familia'...

-¿Qué proyectos tiene ahora?

Vamos a estrenar 'Esperpentos' esta noche en el Festival de Cine Iberoamericano. Esta cinta va a ser un paso cualitativo y una vuelta de tuerca importante a mi carrera. También estoy rodando 'El Rey ante el 23 F', película en la que hago del General Armada.

-Y el 7 de diciembre, volvermos a tenerle en Huelva.

-Efectivamente, con 'Humo'. El jueves en Zaragoza celebramos las 300 representaciones. Espero que los onubenses nos vean en el Gran Teatro.