La comarca de Los Vélez se seca. Desde 2001 se instalaron en la comarca riegos intensivos de cultivos de verano, principalmente lechuga y brócoli, y aunque al principio solo fueron unas sesenta hectáreas, el aumento de riegos ha sido constante hasta alcanzar las quinientas hectáreas en la zona más próxima a los manantiales y hasta cerca de 1.000 hectáreas, incluyendo las más alejadas, pero con aguas del mismo acuífero de Sierra de María-Sierra de Orce-Llanos de Cúllar.

Desde las poblaciones de Vélez Blanco, Vélez Rubio y Chirivel, con más de 1.200 hectáreas de vega de riego tradicional y que además la gran mayoría está protegida bajo la figura de Paisaje Agrario Singular, se ve con muchísima preocupación que peligre el abastecimiento y que los derechos de utilización del agua cambie de usuarios, condenando a estos pueblos a la pobreza, "en la que por otra parte ya están, pues la explotación de estos recursos y los beneficios económicos que seguramente genera, no tienen repercusión alguna en la economía local, por lo que continúa la situación de despoblamiento y desempleo", explican desde la Asociación por la Defensa del Agua de Los Vélez.

En un comunicado, explican que centenares de hectáreas de secano hasta ahora dedicadas al cereal, se han convertido en pocos años en una huerta artificial con cultivos industriales a gran escala y un consumo de agua de hasta diez veces superior por hectárea a lo tradicional de sus vegas, aguas a las que se añaden un importante aporte de nitratos y productos fitosanitarios, que están llevando sus pueblos hacia la nada, con un futuro muy incierto. "Tengamos además en cuenta que muchas zonas del municipio, en especial de Vélez Rubio, tienen graves problemas de abastecimiento, porque otros acuíferos, sobre todo el de Sierra de las Estancias, ya están agotados con la proliferación de sondeos para usos diferentes del consumo humano".

Ante esta situación, la Asociación recurrió al Defensor del Pueblo de España, que emitió un informe favorable, "al que hemos recurrido ante el silencio de la mayoría de los organismos con competencias en este problema", donde recomienda que se aplique el principio de precaución o cautela previsto en la normativa de la UE, según el cual "la falta de evidencia científica sobre el impacto de una actividad sobre el medio ambiente no justifica que no se adopten medidas para evitar riesgos o daños sobre éste", aunque en este caso desde la Asociación estiman que sobran evidencias.

Además, a principios de año, la Asociación vio cómo se había construído un nuevo embalse para regadío en el Boquerón y Pozo de la Rueda, de unos 100.000 metros cúbicos de capacidad. Un nuevo sondeo para esquilmar sus ya de por sí maltrechos recursos.