Emilio Sanjuán es responsable de Medio Ambiente de Atalaya Riotinto. Nacido en Loja (Granada), lleva desarrollando su actividad profesional en minería desde el año 2009. Es Licenciado en Geología por la Universidad de Granada y ha formado parte del equipo de Hidrogeología y Medio Ambiente en Cobre las Cruces. Años más tarde fichó por el proyecto Tharsis Mining, como responsable del Medio Ambiente y Aguas. El pasado 2020, se incorporó como responsable de Medio Ambiente en Atalaya Riotinto, donde dirige al equipo encargado de mejorar y conservar el entorno natural que rodea a la operación minera de Riotinto.

–¿Cómo definiría la política de sostenibilidad de Atalaya Mining?

–Atalaya Mining es uno de los principales productores de concentrado de cobre de Europa; sólo en el año 2022, la mina de Riotinto procesó un total de 15,4 millones de toneladas de mineral y produjo casi 250.000 toneladas de concentrado. En esa línea, estamos comprometidos con la producción responsable de cobre metal a lo largo de toda la cadena de valor, teniendo como objetivo estratégico el desarrollo sostenible de nuestras operaciones.

–¿Está la lucha contra el cambio climático entre sus objetivos de sostenibilidad?

La lucha contra el cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos. Un reto, que la compañía asume con la ejecución de acciones de mitigación y adaptación basadas principalmente en la métrica de la Huella de Carbono.

En 2022, Atalaya obtuvo la inscripción de las huellas de carbono de 2019, 2020 y 2021 de la mina de Riotinto en el Registro de Huella de Carbono, Compensación y Proyectos de Absorción de Dióxido de Carbono. Este registro oficial del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico recoge los datos de emisiones de las empresas que quieren calcular, reducir y compensar sus emisiones de CO2 a la atmósfera de manera transparente.

Esta iniciativa de Atalaya, que debo decir que fue pionera en el sector de la minería metálica. En este punto, me gustaría señalar la puesta en marcha de la nueva planta solar de 50MW que Atalaya está construyendo, la mayor planta fotovoltaica de autoconsumo en una empresa minera en España. Con una inversión de 30 millones de euros, va a proporcionar energía 100% renovable equivalente al suministro de un municipio de 14.500 habitantes durante 12 meses. Y también hemos iniciado un estudio de viabilidad para el aprovechamiento del recurso eólico.

“Hemos llevado a cabo acciones para hacer un consumo más eficiente del recurso hídrico”

–Estamos atravesando un periodo de sequía ¿cómo contribuye Atalaya en este aspecto?

–El uso del agua es otra de las claves: hemos llevado a cabo acciones para la mejora en la gestión del recurso hídrico para hacer un consumo más eficiente; y hemos analizado alternativas de abastecimiento para el proceso industrial, minimizando el consumo de fuentes naturales. El sistema está basado en la optimización del uso del agua mediante criterios de reutilización y recirculación y recurre a fuentes externas solo cuando es necesario. En términos porcentuales, el agua procedente de fuentes externas supone sólo el 15% del total que usamos. Se trabaja en circuito cerrado y con un régimen de vertido cero. Como hito en este aspecto, se puso en marcha un espesador que ha aumentado la recuperación de un volumen de agua de proceso de en torno a 10 Hm3. Esto ha permitido minimizar las perdidas por evaporación y ha mejorado la calidad del agua de proceso.

En este aspecto, la transparencia es importante: el sistema incluye como métrica el cálculo anual de nuestra huella hídrica de acuerdo con el estándar Water Footprint Network, un parámetro clave de sostenibilidad particularmente en el contexto actual de sequía.

–¿Y cómo cuida una mina de su entorno natural?

–El área de Medio Ambiente de Atalaya mantiene varias líneas de trabajo en este ámbito. En este sentido, nuestro equipo implementa una metodología específica para la gestión de la biodiversidad. Se trata de un plan que pretende garantizar la compatibilidad con los objetivos marcados desde Europa en su Estrategia sobre la biodiversidad, incluida en su agenda 2030.

Respecto a la flora protegida existente en nuestra área de influencia, hemos creado un vivero para conservar y reproducir a partir de semillas la erica andevalensis (Brezo minero), con el objeto de utilizarlas en la restauración de zonas del proyecto. El plan de gestión de esta especie protegida incluye, además, la translocación de los individuos afectados por la actividad.

Otro de los ejes del Plan de conservación de la biodiversidad es la estrategia de conservación de quirópteros (murciélagos). En este sentido, realizamos un seguimiento de las poblaciones tanto para la época de cría como de hibernación, con un censo directo e indirecto, así como la captura de individuos para el seguimiento y evaluación de las poblaciones existentes.

Todas estas son solo algunas de las líneas de trabajo que realizamos en nuestro día a día.