Cultura

Fundación Unicaja trae las fotografías de Joaquín Nebro hasta Almería

  • La exposición se inaugura esta noche en las dos salas de Unicaja

La Fundación Unicaja inaugura esta noche en las dos salas que tiene en Almería capital la exposición Pasos perdidos de Joaquín Nebro.

Pasos Perdidos incluye 52 fotografías en blanco y negro que muestran escenas, la mayoría de ellas de personas que viven en países tan distintos como la India, China o el mundo árabe, con la intención de mostrar al público que, dentro de la diversidad del mundo, son más las cosas que acercan a los seres humanos que las que las alejan, aunque sus culturas sean muy diferentes.

Destaca en las fotografías la cantidad de personas que aparecen en ellas, todas ellas mirando a la cámara, aspecto con el que el fotógrafo pretende establecer una relación entre el sujeto que mira desde la fotografía y el espectador que tiene fijada su vista en ella.

Los juegos de luces y sombras son una característica que definen las fotografías de Joaquín Nebro. En esta exposición, en las que la presencia humana es protagonista de casi todas las imágenes, llenándolas de vida, contrastan unas pocas en las que la ausencia es la nota principal, aunque en ellas también se deja entrever el paso del hombre.

José Corredor Matheos sostiene que "la fotografía de Joaquín Nebro no se encuadra en la estética actual de la espectacularidad y la provocación, ni en el esteticismo inmediatamente anterior, tampoco en la crónica tipo The Family of Man de medio siglo atrás. Son pocos los fotógrafos lúcidos que, como él, saben ver que la realidad es mucho más profunda y rica de lo que aprecian nuestros ojos cuando resbalan sobre las cosas, y que una vista penetrante, una mirada suficientemente en el misterio que hace de lo real una sorpresa permanente".

Chantal Maillard afirma que "las imágenes de Joaquín Nebro dan cuenta del entramado que tejemos al andar. Un tejido en el que todas las hebras han pertenecido a la misma madeja. Por eso cada imagen nos devuelve un instante, un instante de tiempo perdido, y no en el pasado, sino en lo que posible. Cada imagen da cuenta de una situación absolutamente perfecta en si misma".

Miguel Romero asegura que "las fotos de Nebro nos enganchan por dentro y a traición, y por donde menos sospechábamos: por dentro y por debajo de nuestro instinto visual. Nos cavan y socavan la psicomecánica de nuestro instinto visual. O nos arrancan de la mostrenca psicomecánica de los instintos".

Jesús Aguado sostiene que "cuando Joaquín Nebro sale de viaje no se vuelve con los ojos vacíos. Va atento y despierto y sabio y delicado interrogando los paisajes y los hombres dejándose interrogar por ellos. Nebro es un viajero con una sensibilidad especial para las preguntas: cada una de sus fotografías es una pregunta que se ha querido juntar con él, hacerle compañía".

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