La Librería Bibabuk fue el escenario de la presentación del libro de Salvador F. Triviño, guardia civil de profesión y escritor de pasión. Al acto acudieron un centenar de personas, incluidos miembros del equipo de Letrame Editorial con su director, Luis Muñoz, a la cabeza.

Luis Muñoz se sentó junto a Salvador Triviño en la mesa, donde reinaba el silencio en una silla vacía entre los dos. Era la forma que tenía el autor almeriense de honrar a una de las grandes de la literatura almeriense, Pilar Quirosa, que fallecía el mes pasado.

La autora almeriense iba a ser la encargada de presentar el libro de Mi hermanico, pero no fue posible. Una vez Salvador explicó este tributo, comenzó a explicar la trama de su libro, intentando no dar demasiados detalles.

Comentó que la historia era la de dos hermanos que tienen un problema en casa e intentan separarlos, teniendo uno de ellos una deficiencia intelectual. El autor estuvo en todo momento guiado por Luis Muñoz que abrió la veda, más tarde, para las preguntas del público.

El turno de preguntas estuvo marcado por la vergüenza y los asistentes tardaron un poco en perder el nerviosismo y realizar sus preguntas. La más repetida fue: ¿es una historia basada en hechos reales? Triviño no contestó a esa pregunta ni una sola vez, ni siquiera contestó a otras que pudieran dar indicios de si su historia es real o no lo es.

En esta fase de la presentación tomó la palabra un buen amigo del autor, Ángel Cruz, padre de Gabriel, el niño con el que solidarizó toda España. Lo hizo para preguntar cuáles fueron las sensaciones de Triviño cuando le detectaron cáncer de estomago y comenzó a escribir. Fue un vis a vis cara al público, que aplaudió a ambos al finalizar la respuesta del escritor.