La UD Almería sigue trabajando para cerrar cuanto antes su plantilla. Tras la fuga de sus mejores futbolistas y con fichajes low cost, se avecina una temporada de mucho sufrimiento y pelear desde el principio por el objetivo de no descender. Si lo miramos desde una perspectiva alejada realmente es el mismo objetivo por el que está luchando desde hace años el conjunto rojiblanco, salvo que en esta ocasión las cartas están marcadas desde el principio.

Corona y el resto de secretaria técnica están intentando hacer magia. Ataviado con una chistera y la varita en la mano el exmediapunta necesita armar un bloque con hambre, capaz de competir en la reñidísima Segunda División y a ser posible no morir en el intento. Es por ello que la labor de Corona se antoja muy difícil respecto a sus colegas de profesión que se pueden dar el lujo de fichar aquel mediocentro que destacó durante la temporada pasada, el delantero que promedia más de veinte goles por temporada o el central que ha conseguido ascender dos veces consecutivas. A ese tipo de futbolistas Corona los ve pasar de lejos, muy lejos. El talaverano y su equipo de trabajo se centran en futbolistas que han destacado en Segunda B, caso de Luis Rioja y José Corpas, otros que por su juventud no han podido disputar los minutos que deseaban en equipos de entidad como Montoro o Juan Fernández, y luego están los que quieren sentirse importantes casos de Arzura, Aguza o Juan Carlos.

De todos ellos habrá algunos que den un rendimiento superior al esperado mientras que otros será inferior. La destreza de Corona al sacar conejos de su chistera será vital para poder pelear por los objetivos. Corona se ganó el apelativo de mago por su maestría con el balón en los pies, ahora deberá realizar hacer lo mismo en los despachos. Esperemos que sus trucos lleguen a buen puerto.