De un tiempo a esta parte, más concretamente desde que el equipo visitó Santo Domingo para jugar frente al Alcorcón, Rubi se vio abocado a cambiar de sistema. Fiel a un dibujo en el campo que parecía en los comienzos de temporada innegociable, como se pudo ver en las primeras jornadas, se dio cuenta que, por ejemplo, con tres centrocampistas el equipo sufría muchísimo y los rivales, que se habían dado cuenta, le ganaban siempre la partida en el centro del campo, en la sala de máquinas. Y la solución, tan sencilla como darse cuenta que colocando una unidad más ahí no tendrían tantas facilidades los adversarios y, los resultados están ahí y nos alegramos por ello, porque ha sabido reaccionar a tiempo y, aunque a regañadientes, ha visto la necesidad de no aplicar, por ahora, el estilo Rubi en este Almería.

Como también algo que parecía impensable en el entrenador catalán y que tanto criticó y que no quería que se repitiera más estando él en el banquillo, como lo de jugar con el portero. Ahí están las hemerotecas y las fonotecas y el pasado fin de semana, en Girona, uno de los jugadores que más tocó la pelota fue el guardameta Fernando, incluso más que Samu, Sadiq o Ramazani, por poner algunos ejemplos y las estadísticas del partido están ahí al alcance de todos.

Parece claro que este Almería ha cambiado a Rubi, al menos en cuanto a detalles que ya le hemos visto en estas primeras jornadas de Liga. Fiel a un estilo y a un sello propio, ha visto que era lo mejor. Es más, sabiendo cómo se las gasta el Éibar, para la próxima jornada mucho me temo que seguirá apostando por Fernando en la portería, por muchos balones que cuelgue el Éibar sobre el área del Almería. Y es que el experimento de Lezama le salió rana a Rubi.

Y como se suele decir en el fútbol: las cosas cuando funcionan es mejor no tocarlas y ese dicho lo está aplicando muy bien.

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