Empieza a ser difícil catalogar lo que Rubi y sus hombres están logrando esta temporada. El Almería sigue con paso firme al frente de la tabla, aumentando las distancias con sus perseguidores. Le mete 8 puntos al segundo (Eibar), 10 al tercero (Tenerife), 11 al cuarto (Ponferradina), 12 al quinto (Valladolid), 13 al sexto (Las Palmas) y 14 al séptimo (Málaga). Y eso tras tan sólo 17 jornadas en las que el Almería ha logrado 13 triunfos, 1 empate y ha encajado 3 derrotas. La última victoria fue ante el Valladolid, que llegaba a 9 puntos y se fue a 12. Al Almería de tantos registros como tiene la Rubineta le faltaba una remontada y esta llegó, aunque fuera en superioridad por la roja directa de Óscar Plano. Indudablemente esto ayudó a los rojiblancos, pero incluso antes de ese lance, el cuadro almeriense ya merecía un mejor resultado y viendo el estado de forma en el que se encuentra, es posible que hubiera remontado aún en igualdad de condiciones. Es el Almería de Rubi el mejor de la historia en la jornada 17 y uno de los mejores de la historia de la categoría de plata. Es el mejor local y el mejor visitante. El que más marca y el que menos encaja. Lleva 7 triunfos seguidos y presume de una profundidad de plantilla que es la envidia de la categoría. Es un momento histórico y parece que esto es sólo el inicio. Mohamed El Assy, en una conferencia en la Universidad de Almería, volvió a transmitir ambición e ilusión hablando de ascenso, del Estadio, la Ciudad Deportiva, la Academia, el compromiso con la ciudad y la apuesta de Turki de hacernos un club grande. Por eso disfruté viendo el colorido en las gradas el otro día, aunque aún nos queda mucho por mejorar como afición. El gol del Valladolid fue un jarro de agua fría y ahí es cuando la afición se tuvo que hacer notar. Hacerlo a partir del empate estuvo bien, pero tenemos que ser conscientes de que hay que animar siempre, no sólo con el viento a favor...