Aquel 7 de abril de 1979 era Sábado de Gloria, no había procesiones en Almería y la afición estaba muy ilusionada con el equipo. Total, que un millar de almerienses cogieron el coche, se echaron a la vieja N-340 y se desplazaron a Murcia, a la vieja Condomina. Situada en pleno centro de la ciudad, bastantes llegaron tarde al partido porque no había manera de aparcar. A la vuelta, paraban a cenar en las pocas ventas que había abiertas a esa hora y estaban a tope de almerienses.

Pero bueno, a lo que vamos. Partido nocturno, con tantos almerienses como murcianos en las gradas. Maguregui planteó su habitual 4-4-2 de fuera de casa: César; Paniagua, Piñero, Óscar López, Maxi;  Zunzunegui, Garay, Garrido (Rojas 45’), Martínez; Rolón y Gregorio. Carmelo Cedrún alineó a: Blanch, M.Santos, Pazos,Viñana,Camino; Recarte, (Naharro 71’) Artero (almeriense en filas murcianas), Peregrín; Amorós, Joaquín y Chuchi. Pitó Enríquez Negreira, sí, ese mismo, en el que están pensando.

Fue un partido perfecto de la A.D. Se adelantó en el marcador a los 5’ con un cabezazo de Rolón a centro de Gregorio. Esto puso más nerviosos a los murcianos y  al público, muy descontento con la marcha de su equipo. No obstante, Chuchi empató para los locales antes del descanso (44’).

La segunda parte fue la apoteosis rojiblanca. A los 70’ se adelantó en el marcador al rematar Martínez un centro raso de Gregorio. Los dos goles restantes fueron obra de un sensacional Gregorio, sin duda el mejor del partido; el primero al rematar un centro de Rojas (73’); y el definitivo 1-4, a falta de tres minutos para el final, remachando un centro de Maxi.

El público empezó a arrojar almohadillas al campo (¿recuerda las lluvias de almohadillas?) y el partido ya no pudo reanudarse. Aquel fue el inicio del esprint final que condujo a la A.D. Almería a Primera División diez jornadas después.