Es su tiempo

Alejado de las grandes uniones de estrellas, Lillard quiere ganar con los Portland

Hay un vídeo que está dando la vuelta al mundo. Una canasta vista desde todas las perspectivas. Un triple ganador que reivindica y eleva la figura de Damian Lillard, uno de los jugadores más infravalorados de la NBA. Uno de los bases de la liga que tiene más baloncesto que nombre. Un lanzamiento suyo desde nueve metros tumbó a Oklahoma City Thunder, una de las grandes decepciones de la temporada. Los de Billy Donovan se marchan a las primeras de cambio, sin poner mucha oposición. Con Russell Westbrook, el hombre del triple-doble, como parapeto de todas las críticas. Lillard lo hizo por encima de Paul George, uno de los mejores defensores del planeta. Aunque lo pareciera, nada es casualidad. A simple vista, pudiera parecer que es un golpe de suerte. Bien es cierto que el '0' se juega esa bola con el colchón de que un fallo conduce a la prórroga, pero la sangre fría es de reconocer. En la serie metió seis de los 10 tiros que hizo de más de nueve metros. Un homenaje al baloncesto moderno, lo que tienen los nuevos tiempos. El de Oakland coronó un partido para la historia, que terminó con 50 puntos. La mejor forma de redimirse de sendos 4-0 en los últimos dos play off que disputó. Una reivindicación de talento la que llevó adelante en esta eliminatoria con CJ McCollum, otro de los grandes héroes del paso a semifinales. Dame, uno de los sobrenombres con el que se le conoce en la NBA, marca su estatus. Alejado de las grandes uniones de estrellas, Lillard quiere ganar con los Portland Trail Blazers, una franquicia que siente como suya. Le sabe mejor el triunfo en casa. "Fue un mal, mal lanzamiento. No me importa lo que diga la gente", decía después George, el villano de una imagen que pasará a la historia. El protagonismo es para el base, que afronta un desafío de aúpa en el siguiente escalón. Conviene no ponerle tope.

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