Benemérito espíritu

Reunió en torno a su dignísima persona a cientos de amigos y otros que no pudieron asistir pero se adhirieron sentidamente

Elpasado jueves, día 7 de febrero, en una tarde primaveral, tal y como se informó en tiempo y forma por este Diario de Almería, se llevó a puro y debido efecto, un acto cívico-social de homenaje a uno de los hombres que mayor empuje ha tenido en los últimos veinte años en el loable y plausible ejercicio vocacional del servicio público a España a través del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil.

Me refiero al Coronel José Hernández Mosquera, quien reunió en torno a su dignísima persona a cientos de amigos y otras muchos más, que no pudieron asistir pero se adhirieron sentidamente, en la sala de estilo nazarí en el Restaurante Casa Rafael, para testimoniarle con respeto, consideración y gratitud, los dos periodos profesionales que ha estado entre nosotros con elevado espíritu de sociabilidad y socialización y haber dejado su impronta militar y de Oficial jefe de la Guardia Civil en todos los cometidos que la Autoridad y el Mando le han asignado.

Para ajustar el natural y masivo encuentro fraternal pero solemne, revestido de inmensa emotividad y cordialidad, a nivel institucional, elogiosas las palabras pronunciadas por el Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, el Comisario Jefe del CNP, General Jefe de la Brigada de la Legión y el Subdelegado del Gobierno de la Nación, coincidiendo en sus panegíricos de las profusas virtudes apreciadas en el Coronel José Hernández Mosquera, de su siempre profesionalidad, impregnada por su prestancia y saber estar, lo que le ha llevado a ser una persona querida y admirada en todos los ámbitos en dónde ha ejercido, no solo el Mando, sino también, sus tareas y funciones de colaboración y cooperación de forma filantrópica con centros de gestión y gobernanza y asociaciones del tejido socio-cultural de la provincia de Almería, quienes han reclamado su presencia atendiendo a su excelsa praxis profesional y humanística.

Sus franciscanas palabras apoyadas en su amada esposa Ana e hijos, todos ellos presentes en su contrito corazón, estuvieron impregnadas de los sentires más profundos de su carisma militar: sacrificio, lealtad, austeridad, disciplina, abnegación y espíritu benemérito a España, a las FFAA y a la Guardia Civil. Finalizó con un gesto recogido y esperanzador abrazo de afecto íntimo a cuantas autoridades, compañeros y amigos le han correspondido con su amistad a lo largo de su carrera profesional.

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