A dos metros

Ricardo Alba

El de la Bernarda

Los psicólogos no dan abasto para calmar las angustias de los millones de personas con la primera dosis de Astrazeneca

Con todos los respetos a las Bernardas que en nada son iguales a la Bernarda del dicho. Estas líneas están escritas a las 11,45 horas, una hora menos en Canarias, tres horas menos en Castilla-La Mancha, una hora más en Andalucía, dos en Valencia, toque de queda aquí y allí no, cierre perimetral Norte arriba, desaparece el confinamiento en el Este, cuatro personas o seis alrededor de la mesa, adentro o afuera, certificado de vacunación o entrada libre, según dónde se halle.

Los psicólogos no dan abasto para calmar las angustias de los millones de personas con la primera dosis de Astrazeneca en su cuerpo y la ansiedad en el alma. Los dráculas del Gobierno nos acongojan el ánimo con derramas, ahora nos sueltan lo de los peajes en autovías pagadas con nuestros impuestos, deben ser insuficientes los impuestos del combustible, cuando a lo peor el asunto es el exceso de gasto a costa nuestra, los contribuyentes.

Dios nos libre de cualquier pleito jurídico, menos aun cuando un tribunal ha de gobernar por el abandono de los gobernantes. Como se podía esperar la balanza judicial o está desequilibrada o un platillo es de distinto calibre geográfico, véase Canarias, País Vasco, Navarra, el aquelarre de la crisis crónica del Maresme y alrededores, o sea, un cirio de puñetas. Ahora todo el mundo mira al Supremo, al tribunal digo, mudado de las Salesas a la Moncloa.

Sánchez dice: "el estado de alarma es el pasado". Y ha pasado solamente una semana, tiembla el futuro. Díaz, Yolanda, dice: "la legislatura empieza ahora". Y ya llevamos año y medio o algo más de Gobierno de coalición, a lo peor el tiempo pasado ha sido de ensayo. El 'okupa' dice: "en algún sitio he de vivir". Y los propietarios del sitio quedan indefensos. Montero, la de Igualdad, dice: "todo ciudadano tiene derecho a una vivienda digna". Y mira quién, ella misma, fue a decir en hora mala "mi casa no es la tuya". Calvo, Carmen, dice: "el Gobierno no tiene plan B". Y pone morritos de haber tenido plan A.

Los jóvenes sobre todo se desparraman por las calles, era día 9 de mayo, se acabó lo de la alarma, la pandemia no. De los hospitales salen muertos a borbotones diariamente, sea 7, 8 o 9 de mayo, la gente muere de Covid. Hay caos y descontrol, pongamos por poner el puro de Revilla. No era suyo, pero sí. Lo tenía en la mano, pero no en la boca. Algún Sánchez, desde el Partenón, contempla el incendio mientras acaricia las cuerdas de la lira.

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