El Cautivo de Medinaceli

Fervor, devoción y tradición, uno de los momentos más significativos de la religiosidad popular

Estamos en el periodo litúrgico de Cuaresma y el pasado primer viernes de marzo en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli recibió al pueblo de Almería y le devolverá la visita a todos los fieles y cofrades en la tarde-noche del Miércoles Santo durante la Estación de Penitencia de la Real, Ilustre y Sacramental Cofradía del Prendimiento que está conmemorando durante este año su 75 aniversario fundacional.

Desde primera hora de la mañana de un primaveral viernes fueron muchos los devotos, quienes tras ofrecer una oración, pasaron con unción piadosa ante las sagradas plantas del Señor Cautivo en su tradicional Besapié y que aprovecharon la oportunidad ofrecida a los asistentes por la corporación penitencial y sacramental en concordancia con el cabildo de canónigos del templo catedralicio, cuyos sacerdotes estuvieron al servicio de la gente, fundamentalmente en la Eucaristía y la Penitencia.

Durante la espera en la cola ante los miles de personas que acudieron este cuaresmal viernes pasado, ha sido de gran satisfacción en el ámbito cívico-social la recuperación de la normalidad de antaño tras la pandemia sanitaria, la cual impidió celebrar este culto religioso como se hace de forma tradicional, dando gracias a Dios y también, de alguna manera, nos acordamos de quienes sufrieron en esa enfermedad tras llevarlos a la pérdida de la vida.

Fervor, devoción y tradición, uno de los momentos más significativos de la religiosidad popular de la capital almeriense ante el número de personas que pasaron a venerar al "Señor de Almería", salido de la gubia del llorado José Dubé de Luque y que fue bendecido por el Obispo diocesano Rosendo Álvarez Gastón hace 25 años, recordándose esta efeméride el próximo día 18 de marzo, en el que, el Cautivo de Medinaceli presidirá el cortejo del Vía Crucis por las calles del casco histórico.

Otro ascético primer viernes del mes de marzo de devoción popular almeriense, que quedará para el recuerdo de los miles de almas que peregrinaron hasta la Catedral de la Encarnación a postrarse en silencio ante el Señor Cautivo de Medinaceli con sobria túnica morada, cíngulo amarillo y escapulario trinitario, acariciando con las manos y depositando un beso en sus sagrados pies, formulándole entre rezos y oraciones súplicas. "Que mi fe sea plena, sin reservas, y que penetre mi pensamiento y mi modo de juzgar las cosas divinas y las humanas". Paz y Bien.

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