Desventajas de viajar en tren

La vía estrecha de varias provincias alberga máquinas que van a velocidad normal entre trayectos larguísimos

El tren es ese animal mitológico que divide en dos a los españoles, los que tienen AVE y los que no lo tienen. Los que lo tienen cerca y los que lo tienen lejos. Una de las dos Españas se sube en un moderno y rápido tren y llega en un par de horas a su destino, con todas las comodidades y cafetería reluciente, pudiendo elegir entre vagón del silencio y vagones donde se pueden oír todos los politonos posibles y todos van conectados a sus pantallas. Sus miniordenadores y libros electrónicos refulgen ante las sonrisas de los demás viajeros ocultos tras sus lentes de personas serias. Van a hacer sus negocios, sus meetings y sus entrevistas a las capitales cercanas y se extrañan de que las demás provincias no tengan AVE. Son provincias atrasadas y nosotros somos provincias adelantadas. Provincias de vía estrecha. La vía estrecha de esas provincias alberga máquinas de tren que van a velocidad normal entre trayectos larguísimos. Las usan viajeros románticos que quieren tener tiempo libre, encerrados en vagones que no llegarán nunca. Tienen la posibilidad de leer en libros de papel, todos los libros y todas las ediciones de todos los libros. Han decidido pasar las vacaciones en el tren, viendo paisajes desconocidos para los automovilistas. Con ellos van personas extrañas que han tomado la misma decisión que ellos. Los viajeros románticos llevan mochilas llenas de mapas y se hospedan en pensiones extrañas que no admiten a familias bien con dos o tres vástagos estándar. Estas familias usan el clásico coche con tres asientos traseros para niños y amplios espacios para maletas. Coches-tanque todoterreno con espacio y confort. Todos, los ultraligeros, los románticos y los familiares tienen que viajar siempre, todos los días, a todas horas y a todos los sitios. Y todos tienen que tener vacaciones y explotarlas al máximo, apurar cada hora, cada rayo de sol, cada grano de arena, cada chiringuito y cada siesta. Para animar a todos los turistas armados con un móvil por persona, los ferroviarios programan sus huelgas justo en los días que las dos Españas han decidido usar el animal mitológico, la bestia que sale puntual a su hora ya solo sale en los telediarios y recrea noticiarios con pasajeros vestidos con pantalón corto y sentados en los andenes a la espera de que llegue un tren y les lleve al mismo sitio en el que ya están. Próximo capítulo: Desventajas de viajar en avión.

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