El El Real Decreto 530/1987, de 10 de abril, regula la celebración anual del Día de las Fuerzas Armadas, que se celebrará, con carácter anual, por las Unidades y Centros militares el sábado coincidente o más próximo al 30 de mayo, festividad de San Fernando. Asimismo, en fecha próxima al Día de las Fuerzas Armadas, se engalanarán los edificios militares y buques, al objeto de propiciar que el pueblo español conozca mejor a sus ejércitos, las Unidades militares realizarán demostraciones de adiestramiento y desarrollarán actividades culturales, deportivas o de cualquier otra índole, con la programación y en la forma en que se ordene.

El día de las Fuerzas Armadas debe de estar configurado como una jornada de encuentro y comunicación entre ciudadanos, civiles y militares, para acentuar su recíproca comprensión a tenor de lo establecido por la Constitución Española y el espíritu de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas.

Es un momento propicio para recordar el día 26 de mayo de 2001, que, coincidiendo con el Día de las Fuerzas Armadas, se celebró en la Rambla de Almería, la última Jura de Bandera de Tropa de Reemplazo en España. Los 153 legionarios de los Reemplazos 1º, 2º y 3º juraron Bandera, siendo los últimos Caballeros Legionarios que lo hicieron. Sirvió este acto, de homenaje a los que, durante 40 años nutrieron las filas de la Legión.

Tras el acto de izado de la Bandera por una representación de los tres Ejércitos y la Guardia Civil, tuvo lugar el solemne acto de Jura de Bandera, a la que se incorporaron cerca de un centenar de civiles, hombres y mujeres llegados de toda España con el deseo de hacer constar su compromiso con la Patria y, otros, su renovación. Bajo la presidencia del General Enrique Gomáriz de Robles jefe de la Brileg y en presencia del Coronel jefe del Tercio "Don Juan de Austria" 3º de La Legión, Francisco Manuel Morala Albaladejo, el último legionario que besó, que puso sus labios sobre la bendita bandera de España, fue el Caballero Legionario Tomás Serrano López.

Recuerdo que estuvieron presentes, entre otras autoridades, el presidente de la Diputación, actualmente Senador, Luis Rogelio Rodríguez Comendador y el también vicepresidente José Luis Aguilar Gallart, en el que fue el acto castrense que puso punto final a un ritual que se había repetido en los últimos 230 años, desde que entró en vigor el servicio militar obligatorio por Real Ordenanza promulgada en el año 1770 por Carlos III.