Reflejos

fRANCISCO bAUTISTA tOLEDO

Educar en valores

Los valores en Educación siempre han sido un elemento básico del currículo, expuestos acordes a las culturas imperantes. Son muchas la formulaciones propuestas en los diferentes currículos, en leyes, decretos y órdenes, multiplicándose su contenido, tomando mayor fuerza unos valores sobre otros de acuerdo a cada periodo político. Los valores propuestos son muchas veces discutidos según la ideología de los grupos presentes. E incluso cuando se acuerda cuáles trabajar en la Escuela, no existe un consenso sobre su definición y significado, siendo diferente según la posición política de los ponentes. La visión de la realidad es muy compleja y diversa, por lo que una coincidencia sobre los valores que hay que trabajar en el Sistema Educativo, así como su definición, es harto difícil. Si nos fijamos, todos los valores se resumen en Respeto, Responsabilidad y Generosidad. Los tres constituyen los pilares que sustentan una visión humanista de la existencia. El Respeto es el primero y más importante, ya que es el núcleo que contiene todo el interés que rige la conducta humana. Hablar de Respecto significa referirse al cuidado hacia uno mismo, a las otras personas, y al medio que nos rodea. Cuando se dirige este valor al espacio interior del sujeto, abre su significado hacia un amplio abanico de conceptos. Pues abarca el cuidado por la salud (higiene, adicciones, ejercicio físico) uso del tiempo libre, sexualidad, proyecto de desarrollo personal, socialización… Expuesto solo este valor es insuficiente, pues ha de abrirse hacia los demás, implicando tolerancia, diálogo, convivencia, reconocimiento de la diferencia (de genero, de tendencia sexual, de ideas, de aspecto, cultura y raza) Igualmente si me quiero respetar, y a los demás, tengo que hacerlo con la Naturaleza, no deteriorando el entorno, no contaminando. Para conseguir que el Respeto siente su presencia en cada individuo, y en la Sociedad, es necesario el esfuerzo por adquirirlo, por conseguir su realización. El esfuerzo nace de la Responsabilidad. No basta solamente observar el cuidado por uno mismo, sino procurar el bien entre las personas que nos rodean. Es importante cuidar que todos puedan ejercer su respeto en el ámbito individual, pero siempre considerando que no se puede actuar contra la voluntad ajena, pues atentaríamos contra la libertad personal. La generosidad es el ofrecimiento desinteresado de ayuda al prójimo, de acuerdo a las capacidades propias, sin esperar nada a cambio.

Actuar con respeto garantiza el nuestro.

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