Opinión

Joaquín Pérez de la Blanca

Eficiencia hídrica y política

Es URGENTE que dejemos de hacer política interesada con un tema en el que los principales afectados son los agricultores

Hace dos semanas asistí junto a otros representantes municipales y colectivos agrarios a una reunión en las instalaciones de la planta depuradora de "El Bobar", cuyo objeto era el de esclarecer qué sucede con el agua depurada y si realmente se desecha gran parte de la misma a pesar de la consabida escasez de agua que padecemos en Almería. Lo que más me llama la atención es la cantidad de versiones contrapuestas que existen en materia del uso del agua. Para un profano como el que escribe, resulta curioso cómo se defiende cada propuesta, argumentando de tal o cual modo, en función de la posición en la que se encuentre el ponente en la ya compleja ramificación de competencias y atribuciones que tienen asumidos unos y otros, delegados bien por la Junta de Andalucía, bien por el Ayuntamiento de Almería. Nos encontramos ante un problema de interés general, vital y estratégico para la provincia, que afectará no sólo a los presentes sino a nuestros hijos en el futuro. Parece lógico que deba realizarse un esfuerzo que implique cierta altura de miras por parte de todas las partes implicadas. Y en esta línea, la del sentido común y la de tratar de mejorar la vida de nuestros vecinos a la hora de ponderar intereses vitales, siempre apoyaré al equipo de gobierno. Por cierto, lo que todos reconocieron en la visita a la depuradora es que, por falta de capacidad en las instalaciones de CGUAL, grandes cantidades de agua depurada apta para el agricultor se desechan y se vierten al mar, resultando evidente que CGUAL debiera acondicionar nuevas instalaciones de almacenaje. Y que nadie dude que Ayuntamiento y CGUAL están obligados a llegar a un entendimiento en el convenio para gestionar esa agua depurada, debiendo ser una prioridad tanto por sus características económicas (más barata) como naturales (más rica en nutrientes), respecto a la desalada. En cuanto a la planta desaladora, lo he dicho hasta la saciedad: lo que se ha planteado desde el Ayuntamiento es la necesidad de completar un estudio previo, abriendo progresivamente bastidores de la planta, para observar el impacto que pudiera tener en los Pozos del Bajo Andarax. De nada vale plantear alternativas que, bien por el tiempo que llevarían, bien por la imposibilidad técnica de la propuesta, bien por el coste inasumible, resultan imposibles a la par que inefectivas. Es URGENTE que dejemos de hacer política interesada con un tema en el que los principales afectados son los agricultores y las familias que viven, no sólo en las Norias, sino en todo nuestro término municipal. De lo contrario esto terminará como el dicho: "entre todos la mataron y ella sola se murió".

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