La resistencia

Luz Belinda Rodríguez

La Hispanidad

España fue a América con el propósito de construir, no un imperio, sino una familia

El Sevillano Bartolomé de las Casas, cronista y defensor de los indígenas, escribió que la reina Isabel no se cansaba de ordenar que se tratara a los indios con dulzura y se emplearan todos los medios para hacerlos felices. De hecho, en cuanto supo que se inició un tímido comercio de esclavos, lo prohibió inmediatamente, y en su testamento ordenó a sus descendientes que jamás consintieran que los indígenas americanos sufrieran agravio alguno en sus personas o en sus bienes. Este reconocimiento de la dignidad indígena es rasgo exclusivo de la conquista española, no la encontraremos en ninguna otra potencia de la época ni de otras épocas posteriores. Por más que la leyenda negra se empeñe en manchar nuestra historia, juzgándola con los ojos del presente, y lo que es peor, usándola como argumento ideológico a falta de propuesta política. Pues es práctica habitual de los mediocres, que incapaces de ilusionar con el futuro, se empeñen en reescribir el pasado.

España fue a América con el propósito de construir, no un imperio, sino una familia. Fuimos allá para vivir compartiendo la tierra bajo el mismo cielo; para fundar hospitales, universidades, ciudades prósperas; para crear, en definitiva, otras Españas.

Decía Ramiro de Maetzu que al hispano lo mueve una fe profunda en la igualdad de todos los hombres, sin negar el valor a su diferencia. A ojos de un español, todo hombre, cualquiera que sea su condición social, su raza, su religión o su carácter, es un hombre. Nunca los españoles negaron la condición de hombres a ningún pueblo y a ninguna raza, como ocurrieron con las conquistas anglosajonas. Porque no hay nación más reacia a admitir la superioridad de unos pueblos sobre otros, o de una clase social sobre otra, que la nación española; la vieja España y las nuevas Españas. Hermanas que han crecido y orgullosas buscan su propio lugar en el mundo, para honra suya y satisfacción nuestra. Pues nada hace más feliz a España que ver el progreso de aquellos a quienes nos unen lazos de sangre y amistad. Este año, además, tiene un valor especial porque se conmemora también el 500 aniversario de la primera circunnavegación de la tierra, uno de los acontecimientos más importantes de la Historia que merece ser recordado con orgullo como una parte de esa Hispanidad que no es otra cosa que el mayor hito de la historia humana, del cual tenemos el gran honor de ser sus herederos.

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