La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

La Kitchen, la coca y las putas

¿Seguro que no estamos en campaña electoral? Porque sería mucho más fácil asimilarlo todo...

Seguro que no estamos en campaña electoral? ¿De verdad que todavía queda algún iluso que tenga fe en la utilidad de una comisión de investigación? Me refiero a esclarecer irregularidades y obligar a que se asuman las consecuencias, incluidas esas dimisiones que tanta urticaria dan en nuestro país; hablo del juego limpio de la política al margen del recorrido de los tribunales; me sitúo en las antípodas de quienes aprovechan el altavoz de los medios para lanzar mítines partidistas convirtiendo los procesos en una cacería inquisitorial en la que, antes de preguntar, ya están decididas las conclusiones, elegidos los culpables y fijadas las penas.

Tengo la (buena) costumbre de irme a correr a primera hora y la (mala) manía de hacer zapping escuchando la radio. El resultado es catastrófico: me desayuno eslóganes, frases hechas, tópicos y exabruptos con una intensidad amenazante de infarto. Les pongo dos ejemplos. La semana pasada escuché decir a Santiago Abascal que el Gobierno de Pedro Sánchez es el peor en 80 años; luego rectificó y aclaró que "en 800 años", es decir, ¡peor que la dictadura de Franco! Hace sólo unas horas, era Javier Maroto quien se salía del guión y, en lugar de contrarrestar la operación Kitchen con el caso Dina como está haciendo todo el PP, respondía con una gran dosis de originalidad: el portavoz popular en el Senado criticaba que se pusiera el foco en el espionaje al ex tesorero Luis Bárcenas ¡en vez de hablar sobre el dinero gastado por el PSOE andaluz en "cocaína y en putas"!

Cuando empecé la serie televisiva El cuento de la criada, el libro original de Margaret Atwood siempre lo tuve en pendientes, casi abandono. Me pareció un intento de distopía al estilo 1984 de George Orwell pero sin recorrido. Me alegro de haberle dado una oportunidad... Resulta inquietante descubrir la facilidad con que todo lo que conocemos puede dar un vuelco; cómo, en un rutinario trayecto de taxi, ellos pueden tener la ocurrencia de que las mujeres (fértiles) seamos ganado de compraventa en una (nueva) sociedad de castas.

La política, sin necesidad de escudarse en la ficción, nunca ha dejado de ser el arte de lo posible. Para bien y para mal. Con y sin pandemia. Y tropezando, una y otra vez, en las mismas piedras. ¿Recuerdan cuando Chomsky escribía que "el lavado de cerebros en libertad es más eficaz que en las dictaduras"? Vuelvo al principio: sería más fácil asimilarlo todo si estuviéramos en campaña electoral.

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