Oiga señor coronavirus

Déjese ya de olas que, con las facilidades que le concedemos, debería darnos las gracias y quedarse en un par de estornudos

Dicen los entendidos en la materia que es usted un ser que ni está vivo ni muerto sino todo lo contrario, pero para mí que está muy vivo y además es muy listo, no como nosotros, que no sabemos ni escoger la mejor tarifa eléctrica, ¿verdad, señor Galán? Otra cosa es que se haga el muerto por conveniencia al examinarlo por el microscopio, para que los virólogos no encuentren sus secretillos: el jodío se ha quedao quieto parao y no podemos ver cómo mueve el ARN. El caso es, señor coronavirus, ya se habrá dado usted cuenta, que España es una fiesta, que cuando no hay una feria tenemos una romería o un festival de música, por no hablar de las constantes juergas y botellones, y luego están los puentes y macropuentes, que una vez dijimos que había que pasar las fiestas a los domingos, para aumentar la productividad, pero luego nos dimos cuenta de que era al revés, que la productividad la aumentábamos al pasar a los lunes las fiestas que caían en domingo, porque nosotros vivimos de esto, es nuestra primera industria. Con todo este desmadre y la retirada de las mascarillas, que estamos todos muy relajaos menos algunos con lo del CNI, este país es una continua aglomeración de gente a boca y nariz descubiertas y, cuando creemos que tenemos libre un fin de semana para descansar, porque además nuestro equipo de fútbol juega fuera y no hay que ir al estadio, resulta que nos toca boda o comunión, celebraciones éstas en las que ya hemos vuelto a dar montones de besos y abrazos, y a cantar tras el convite, que a usted le gustan mucho los gritos y los cánticos. ¿Hay algún país que le dé más facilidades para expandirse que el nuestro? ¿Y usted cómo nos lo paga? ¡Provocando la séptima ola y volviendo a 'tensionar' hospitales! Hay que ser un mal bicho para hacernos esto, ¿no le avergüenza ser tan desagradecido? ¿Acaso le gusta más lo de Shanghái, donde millones de personas están encerradas los meses que haga falta para hacerle la vida imposible y que desaparezca usted?

Con lo bien que le tratamos nosotros, señor coronavirus, para que campe a sus anchas por nuestro territorio el tiempo que quiera, debería darnos las gracias y atenuarse todo lo que pueda, hombre, ya está bien de olas. Sea comprensivo y quédese a lo sumo en un simple catarrillo con un par de estornudos, y eso sólo entre los más vulnerables.

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