Las derechas y la ultraderecha sienten, como están demostrando, vergüenza de Andalucía y no están orgullosas de nuestra comunidad ni de nuestro triunfo, el de los andaluces y andaluzas, de vivir en libertad. Esa lucha que protagonizamos entonces se debe convertir, nuevamente, en herramienta para construir el futuro que soñábamos, pese a que la pandemia y la gestión del Gobierno andaluz de las tres derechas nos lo están arrebatando. Sin embargo, este 28F debemos pensar que el futuro será el que construyamos entre todos y todas.

Ante los graves problemas que generará el coronavirus, la derecha no es ni será la solución. Sus políticas generan desigualdad, división, hostilidad y confrontación. Ese es el sustento de su estrategia para sobrevivir, porque sólo se valen de la desidia de la población y del desapego que ellos mismos generan en la sociedad. Por eso, porque necesitamos y merecemos lo mejor, volvemos a decirles a los andaluces y andaluzas que hay futuro, y que ahora toca levantarse nuevamente para cambiar lo que tenemos. Las derechas han presentado una campaña institucional que aparentemente reivindica el 28F, y el 40 aniversario de nuestro Estatuto de Autonomía, en un intento forzado de simular una defensa a la autonomía andaluza.

Los andaluces y andaluzas hemos comprobado, pese a las derechas, que el estado del bienestar que vino de mano de la autonomía a través de la sanidad, la educación y de los servicios sociales públicos, que siempre hemos impulsado y por los que luchamos los socialistas, se han convertido en imprescindibles. Las medidas sociales y económicas impulsadas desde el Gobierno de España, que ha transferido ya 7.500 millones de euros para Andalucía para paliar los efectos de la Covid-19, y el mantenimiento de los servicios públicos son el auténtico eje sobre el que pivota nuestra salida de la crisis sanitaria.

Este no es el 28F que queremos para nuestra tierra. No es uno más. Está marcado por la pandemia que ha destrozado miles de proyectos de vida y nuestra economía. Los socialistas estamos convencidos de que, pese al panorama, aún hay esperanza. Confiamos en que tras la pandemia se abrirá un nuevo tiempo, dejando atrás las políticas insensibles y sin criterio de la derecha. Sólo así Andalucía tendrá otra oportunidad para recuperarse de las heridas que le asestan desde hace dos años PP y Cs.

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