Romería de la Virgen del Mar

Ayer, Torregarcía dejó de ser un paraje ermitaño para convertirse en una fiesta mariana de la madre de Dios

Ayer, sinodal día diocesano y domingo del bautismo de Jesús, en la Ermita de Torregarcía y aledaños de la playa de Villagarcía en el Alquián, enclave excepcional, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, tuvo lugar la Romería con motivo de la venturosa aparición de la Santísima Virgen del Mar Coronada, Patrona y Alcaldesa perpetua de Almería, Reina del Amor, Reina de la Mar, la cual se celebró con todo esplendor piadoso y solidario.

Organizada la peregrinación por la Muy Antigua, Pontificia y Real, Ilustre y Venerable Hermandad capitular y dominica, siendo Hermana Mayor María Concepción Alarcón y con la ayuda en equipamientos e infraestructuras para llevarse a puro y debido efecto este entrañable acto del catolicismo popular por parte del Ayuntamiento gestionado por el Alcalde Ramón Fernández Pacheco y la Diputación bajo la presidencia de Javier Aureliano García.

Una ermita de gran belleza arquitectónica, obra de Guillermo Langle, restaurada recientemente, recoge anualmente en romería, tras la Epifanía del Señor, la imagen de la Virgen del Mar para celebrar la Santa Misa en acción de gracias por aparición en un paraje natural en donde las azucenas, expresión de hermosura de la naturaleza le rinden pleitesía. Lugar en el que la Virgen del Mar quiso llegar a las costas espumosas de nuestro cálido mar mediterráneo, entre un ir y venir de olas plácidas a la playa de un eterno vergel, que recogen en su mística concavidad el Misterio de la Fe.

Ayer, Torregarcía, guardianes de nuestra civilización europea cristiana, con sed de Cristo, dejó de ser un paraje ermitaño para convertirse, entre los sones de fandanguillos, en una fiesta mariana de la madre de Dios entre espumas saladas y danzarinas de las olas, y entorno a la efigie navegante de la Virgen, Señora Marinera de las aguas de Almería y Reina celestial del Mediterráneo eterno y de esa siempre soñada e idealizada Almería por el Movimiento Indaliano.

Almería, en tu Virgen del Mar. Y, en el corazón de una caracola, el eco va respondiendo: Dios te salve, Almería, Señora; sultana de inmensa belleza morena a quien escogió el mar para hacer de ella su espejo. Manuel del Águila cuenta el prodigio con ritmo de barcarola del Maestro Padilla: La Señora y el Niño/van navegando/por un mar de sonrisas/azul y blanco. /La Señora y el Niño/llevan de escolta/ocho peces de plata/sobre las olas. /La Señora y el Niño/pisan la playa/y las arenas grises/vuelven doradas. Paz y Bien.

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