AL Almería no le queda otra que ganarle al Osasuna. Y digo que no le queda otra, porque vista la fragilidad que ofrece el equipo lejos del Mediterráneo, no hay más opción que agarrarse al calendario y tratar de hacerse, no fuerte, muy fuerte en casa, porque aquí puede encontrar el objetivo de la permanencia. Si es capaz de ganar los cuatro partidos que le quedan, podría ir de visita turística a las tres ciudades que esperan la llegada de los rojiblancos: Madrid, Barcelona y Granada.

Es más. Creo que todas las ecuaciones pasan, ineludiblemente, por sacar adelante el partido del hoy frente a Osasuna, un más que directo rival. De no ser así, la cosa se complicaría más de lo que nos podemos imaginar, dada, evidentemente, la trayectoria del equipo , por ahora, lejos del Mediterráneo.

Así que a echar el resto hoy viernes, a dejarse el alma y a demostrarle a Osasuna que el Almería, una vez que pasen los de Javi Gracia por el estadio, seguirá dependiendo de él mismo para lograr la permanencia.

La afición, muy enfadada con el equipo por la derrota en Valladolid, no va a fallar, e ilusionada acudirá a las gradas del Estadio Mediterráneo para animar a un grupo que sabe que les va a necesitar y que a buen seguro, tal y como ocurrió la semana pasada, hará que la hinchada rojiblanca se marche contenta a casa después de ver ganar a los suyos, aunque sea sufriendo hasta en último segundo.