Se dispara el precio del agua en las ciudades mientras el Gobierno andaluz suprime el canon regional. Una lectura rápida diría que cuando bajan impuestos o tasas, suben las facturas y privatizaciones. El presidente de la Junta presume de reducir la presión fiscal. Aunque desde que Liz Truss arruinó en mes y medio su carrera, el porvenir del Partido Conservador y las finanzas del Reino Unido con aquel aquelarre de ¡bajadas masivas de impuestos!, su epígono andaluz no ha vuelto a utilizar la malhadada plegaria.

Liz y Juanma comparten ideología, con distinta gloria. Moreno incluso ha puesto un ufano tuit esta semana para repetirnos que Andalucía lidera rankings. En este caso, la clasificación de regiones españolas con menos impuestos, en la que durante su mandato ha escalado del noveno al segundo lugar. Los datos los publica la Tax Foundation, lobby creado en Nueva York hace casi un siglo por grandes empresas americanas del automóvil, las finanzas y el petróleo interesadas en pagar lo menos posible al Fisco. La TF tiene ahora sede en Washington, a la vera de la Casa Blanca, donde Reagan y Bush padre devastaron las cuentas públicas del país en los 80 y 90 aplicando la tesis de Arthur Laffer de que bajando impuestos se recauda más. Guerras fiscales...

Estos días también ha habido conversaciones entre la Junta y el Gobierno para resolver el embrollo de Doñana. Que el PP y el PSOE se hablen es noticia infrecuente. Curioso; el asalto a los acuíferos de la corona norte del Parque pretenden blanquearlo partidos enemigos de las amnistías. Pero en las elecciones de noviembre de 2019 Vox adelantó al PP en cuatro provincias andaluzas; Huelva una de ellas. Y como la extrema derecha prometía agua para todos en el entorno de Doñana, el PP se unió a la oferta pensando en el trofeo de la Diputación de Huelva y un puñado de alcaldías, entre ellas la de la capital. Guerras políticas. Moreno incluso imita la descripción de Igor en El jovencito Frankenstein de Mel Brooks, cuando eligió un cerebro A-normal. El presidente en vez de reconocer el desafuero de los regadíos que pretende redimir los ha llamado A-legales, en vez de ilegales. En ocasiones, se trata de explotaciones en tierras sobre las que no existe propiedad, ni permiso de agua, pero sobre las que se ha creado una riqueza defendida a capa y espada. Guerras del agua.

Tenemos en Andalucía una agricultura intensiva, que consume el 85% del agua disponible. La catedrática de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Córdoba María José Polo explicaba hace unos días en Las Mañanas de RNE que en el futuro no va a llover más y por lo tanto habrá que ver cómo y dónde se consume menos. Asunto tan complejo como el de los liderazgos de los que presume Moreno. Si eliminamos la gruesa capa de propaganda, Andalucía destaca en cabeza por ser la de más paro y menos PIB per cápita de España. Y él ya lleva casi cinco años en el cargo.

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